Emocionada ha contestado a muchas preguntas de Sabaté Pons, algunas de ellas vinculadas a su pasado y a su infancia. "Dicen que era un poco difícil, que me portaba bastante mal, sobre todo los primeros años, que era buena estudiante, aunque no estudiaba mucho. Me llamaban Antoñita la fantástica, pasaba bastante tiempo, una o dos horas cada noche, imaginando cosas para el futuro", ha revelado la actriz.
En cuanto a su adolescencia, ha dicho: "Era muy responsable porque quise compaginar los estudios con muchas cosas de baile. Bailaba clásico, bailé durante 18 años, y compaginaba con el teatro, hacía castings... Viví una crisis de agotamiento. Mi cuerpo y mi mente me dijeron que tenía que parar. Fue la primera vez que mi cuerpo me hizo parar. Años más tarde tuve que elegir entre seguir bailando y seguir trabajando como actriz".
Y no ha podido pasar por alto su matrimonio con Javier Bardem, al que conoce desde hace muchos años por su profesión. "Yo le conozco desde hace 33 años y cuando le digo a él 'cuando tú entraste en aquel cuarto en el que estábamos reunidos con gente de la película con gente de producción, yo ya sabía que íbamos a estar juntos, que íbamos a tener una familia', Él alucina".
Coincidieron siendo protagonistas de 'Jamón Jamón', pero tuvieron que pasar muchos años hasta que estuvieron juntos por fin, casándose y teniendo dos hijos, Leo y Luna.
El amor por sus padres
En esta conversación, Penélope Cruz también se ha pronunciado sobre sus padres, unas de las personas más importantes de su vida: "Me tuvieron muy jóvenes. Tenían 21 años, tanto yo como mis hermanos, cuando tienes padres tan jóvenes te sientes un poco en deuda porque hay una parte de su juventud que nunca vivieron... Nos dieron todo en años en los que era más difícil. No tenían una situación fácil para sacarnos adelante. Nos han enseñado valores muy importantes que intento inculcar a mis hijos".