Pelayo Díaz voló demasiado cerca del sol y, como Ícaro, acabó cayendo al vacío. El ex de David Delfín es una persona muy activa y seguida en las redes sociales, con más de 170.000 seguidores en Instagram. Cuenta además con un blog personal en el que muestra su estilo y marca tendencia. Muchos de sus "fans" seguramente darían lo que fuera por ser como él. Pero no 1.500 euros.
Eso es lo que costaba la matrícula de una master class de "influencer" que Díaz pretendía ofrecer en un hotel de Madrid el pasado mes de noviembre. En él quería mostrar a sus pupilos cómo mejorar su presencia en Internet, seleccionar a qué eventos sociales asistir y, por supuesto, ayudar a mejorar la imagen personal, desde la ropa hasta entrenar la mirada. Experiencia no le falta, ya que ha colaborado con importantes firmas de moda y se ha curtido en la escuela Central Saint Martin de Londres. Sin embargo, no ha sido suficiente.
El "it boy" había puesto a disposición de todo el que quisiera servirse de sus conocimientos quince plazas para esta master class que duraría tres días. Pero el Hotel Villamagna, lugar donde tendría que haberse celebrado, se vio obligado a cancelar el evento por la falta de apuntados, según recoge El Mundo. Quizás 1.500 euros de inscripción eran demasiados para el público objetivo de Pelayo Díaz.
Mirada malinterpretada
El propio blogger intentó explicar mejor la intención del curso, en el que había puesto toda su energía: "Tengo la clara convicción de que, gracias a lo que he aprendido en estos diez años que llevo trabajando en el mundo online, sé identificar un modo de hacer que sea rentable y eficaz. Me gustaría compartir los errores comunes que todos tenemos y de qué manera los he resuelto a lo largo de estos años, pero sobre todo las formulas que he creado para el éxito ", comentaba a Vanity Fair, donde asegura que "hay espacio para todo en Internet". En esa misma entrevista consideraba que los medios tradicionales habían intentado "destruir el trabajo y la dedicación de meses de trabajo de jóvenes como yo". Por ejemplo, no entiende cómo se le malinterpretó con el entrenamiento de la mirada: " Me refiero a la mirada desde la cámara, a como mirar las cosas de diferente manera. ¡He alucinado cuando he visto que algunas personas creían de verdad que me refería a como posar!".
A pesar de sus buenas intenciones, su propuesta no ha sido acogida con el mismo entusiasmo que le puso él, que se ha quedado sin suficientes alumnos para un curso que muchos creían que era más un baño de ego. Nos quedaremos sin saber si habría sido capaz de convertir a alguien en toda una estrella de Internet. El blogger no parece haber sufrido mucho por la cancelación, ya que se ha escapado a San Bartolomé para disfrutar de las Navidades junto a su actual pareja, Nicolas Ghesquière, director creativo de Louis Vuitton. Os regalamos una pequeña lección de "influencer" gratis: hay que saber a quién arrimarse.