Lindsay Lohan ha finalizado el programa de desintoxicación al que se ha sometido durante noventa días y, aunque con miedos, admite estar preparada para iniciar una nueva vida en Nueva York. Mientras sus familiares, especialmente su padre, confían plenamente en ella, otros dudan sobre el estado de la pelirroja, y con razón.
Tiene mucho que decir en cuanto a la adicción de Lohan al Adderall: "hacía que se volviese como una moto por lo que tenía que cortarlo con vodka". Se supone que la actriz ha superado su adicción a este medicamento pero el director está convencido de que vive en una "atmósfera de crisis" y que de hecho, "todo para ella es una crisis".
Lindsay Lohan después de su desintoxicación
"Si consigue crearse una buena reputación y confianza entre sus seguidores, sus grandes problemas actualmente, tendrá una carrera prometedora porque a la gente le gusta". De momento, las palabras del director de cine se están cumpliendo. Oprah Winfrey ha comenzado a rodar el documental biográfico de la actriz, en el que se relatará la vida de excesos de la pelirroja y cómo salió del agujero.
Además de tener concertada una entrevista con la famosa presentadora, ha acudido como invitada a diversos talk shows y según cuentan fuentes cercanas a ella "está centrada en su trabajo y su futuro profesional".