La batalla por la custodia del pequeño Lucas se vuelve cada vez más encarnizada. Patricia Conde y Carlos Seguí decidieron terminar con su matrimonio de mutuo acuerdo, pero las cosas se han vuelto mucho más complicadas desde que el ex marido de la presentadora comenzara a acusarla de no dejarle ver a su hijo, hasta que el 7 de febrero impuso una demanda.
Según recoge La Otra Crónica, quien ahora ha decidido querellarse es Conde. La madre de Lucas presentó la querella el pasado 7 de marzo en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Alcobendas, acusando a Seguí de maltrato y abandono puntual del menor. El empresario sigue esgrimiendo que es la madre la que no le deja ver a Lucas.
" Ella quería tener otro hijo. No entiendo nada. Yo quería llegar a un acuerdo amistoso, pero sus abogados lo ponen difícil. Sólo pido que mi hijo pueda disfrutar también de su familia paterna", explicaba Carlos Seguí, que llegó a decir que Patricia Conde le dejó ver a su hijo solamente siete horas "en condiciones pésimas" en un periodo de 35 días. De ahí que tomara la decisión de demandarla: "Carlos fue el primero en demandar el pasado 7 de febrero. Pedíamos la custodia y subsidiariamente la compartida. Él tuvo que dar este paso ante la obstaculización de la madre a que pudiera relacionarse de forma normal con su hijo", explica la abogada del empresario.
Batalla judicial
Según la letrada, la querella de Patricia Conde "es una estrategia procesal para evitar que se pueda celebrar la vista que otorgue la guardia y custodia provisional". Conde y Seguí tendrán que esperar a que el juzgado de Alcobendas o el de Palma decidan quién asume el caso. Patricia Conde ha preferido no hacer declaraciones sobre sus problemas familiares, asegurando que no quiere "entrar en polémicas" con su ex marido. Para no querer, ha vertido unas acusaciones bastante fuertes contra el empresario, a pesar de que en ese sentido, Carlos Seguí y su familia se encuentran muy tranquilos, ya que afirman que él no sería capaz de ser un maltratador. Pero la guerra entre lo que parecía un matrimonio idílico no ha hecho más que empezar.