Para Kiko Rivera, la boda de Anabel Pantoja era un momento de gran alegría. No solo era porque quiere ver feliz a su prima, sino porque también suponía una completa reconciliación con ella después de las desavenencias públicas y privadas que han tenido a cuenta del conflicto que el dj mantiene con Isabel y Agustín Pantoja.
Esa felicidad se borró con la muerte de la abuela de ambos, Ana Martín, fallecida a los 90 años. La madre de Isabel Pantoja falleció mientras sus nietos se encontraban o ya en La Graciosa, o de camino a la isla para la boda de Anabel Pantoja y Omar Sánchez, que se casan el 1 de octubre de 2021 tras una larga espera, cancelaciones y complicaciones. Sus tres nietos dejaron Canarias y regresaron a Cantora, donde se produjo el reencuentro entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja. El dj decidió no asistir al enlace de su prima y regresar a su casa sevillana. Junto a él, Irene Rosales y sus hijas, que también abandonaron La Graciosa. La colaboradora señaló que por mucha pena que le pueda dar perderse la boda de Anabel Pantoja, sabe que su sitio está con su marido y que tiene que acompañarle si su deseo ha sido el no acudir al enlace.
Anabel Pantoja siguió adelante con su boda, una decisión en la que pesó su exclusiva, un contrato que tiene que cumplir. De todos modos, ante las críticas compartió un par de mensajes en Twitter en los que justifica seguir adelante con la boda y entiende la ausencia de su primo: "¿Comercializo con una pérdida? ¿Cuándo? ¿Dónde? No se puede tener tan poca empatía. Cuando que yo sepa cada persona cuando se le va alguien, hace y realiza lo que le dé la gana. Sin ser juzgado. Y lo último, y más y no menos importante, entiendo a Kiko perfectamente su situación actual y su estado, que no es el mío. El me pidió perdón por no venir y yo le entendí, me da rabia pero respeto su decisión, al igual que la de Irene. Siempre querré lo mejor para él. Aquí se zanja", manifestó Anabel Pantoja.
El dolor de Kiko Rivera
Por supuesto Kiko Rivera también habló, y lo hizo después de tantas emociones, de perder a su abuela, a la que tanto ha echado de menos en el tiempo que ha estado distanciado de Isabel Pantoja, a reencontrarse con su madre, con la que mantiene una guerra, y a renunciar a estar presente en la boda de su prima, algo que le duele también. Pero por mucho que le duela, no tiene fuerzas para estar en un enlace con todo lo que ha pasado. Lo ha hablado con Anabel Pantoja y ambos entienden sus diferentes puntos de vista. Deben hacerlo.
"Gracias por todas las muestras de cariño. Con cero ganas. Destrozado de cuerpo y alma. Hasta el lunes no voy a salir de casa. Necesito estar en casa tranquilo. La vida sigue, lo sé, pero cada uno lo vive a su manera. Y al igual es respetable como otras decisiones. Este fin de semana va a ser para mi mujer y mis hijas", señaló Kiko Rivera.