Lo hace para la revista Semana ahora ya totalmente retirado y habiendo dejado de trabajar dedicándose a una vida más contemplativa en la histórica ciudad italiana: "En cuanto a ánimo estoy genial y no me quejo de nada. Viví intensamente muchas cosas que la mayoría de la gente no vivirá en toda su vida, así que no me lamento y doy gracias a Dios". Un buen recuerdo y una buena lista de experiencias que, pese a buenas y malas, está orgulloso de haber vivido: "Empezaron mis problemas, pero también una enorme cantidad de satisfacciones. Me cerré definitivamente la posibilidad de una carrera eclesiástica para la que estaba preparado, pero me abrí a mil otras posibilidades (...) Considero que realicé una labor valiosa, a pesar de mis fallos. Cometí errores, y por ellos he pagado el resto de mi vida", confiesa sobre su carrera en la pequeña pantallas en programas como 'Crónicas marcianas'.
"Considero que realicé una labor valiosa, a pesar de mis fallos"
Una carrera que él mismo frenó en seco en cuanto sintió que el medio ya no era para él: "Hubo un momento en que la televisión me pedía lo que no podía darle, así que opté por retirarme. Al principio no fue nada fácil. Lo pasé muy mal. Me refugié en el estudio y eso me salvó". Para entonces había 'condenado' de alguna forma su vida eclesiástica, que la recuperó en la medida de lo posible: "Recuperé durante un breve tiempo mi vida eclesiástica, trabajando en cuestiones jurídicas y de patrimonio cultural, y cuando ya estuve delicado de salud, me retiré del mundo, aceptando resignadamente y con fe mi situación de estos mis últimos días".
Tampoco lo eran las amistades, especialmente aquellas que vinieron con la fama y que se fueron también cuando a él se le apagó el piloto rojo de las cámaras: "Creí incluso que algunos eran mis amigos, pero se fueron con mi fama. Y sí, me dolió. Si regresara a la fama, muchos volverían volando y pedirían favores (...) ¿Cuántos famosos vendrían hoy si yo hiciera alguna presentación? Apenas ninguno. A algunos sigo tratándolos más o menos o nos felicitamos las fiestas".
"Estaba harto de tanto separatismo y perroflauta"
Pero no le importa, ahora vive feliz en Roma, ciudad a la que le guardó un recuerdo desde joven y en la que encontró un lugar para vivir tras cansarse de Barcelona: "Estaba harto de tanto separatismo y perroflauta y me fui a una ciudad en la que aún hay una importante vida cultural y social (...) Cuando de jovencito estudié en Roma me enamoré de la ciudad y siempre quise vivir ahí (...) Me trasladé definitivamente a Roma a pasar mis últimos días. Es una ciudad de ensueño. Cada día tengo oportunidad de conocer a personas interesantes que o viven en Roma o pasan por aquí", a pesar de ello, sigue viajando con frecuencia a España.
Ciudad en la que pasará el resto de sus días hasta el final de su vida, algo que podría no estar muy lejos asegura él mismo: "Mi salud es muy delicada y estoy pensando más en el otro mundo que en este. Ya no me queda vida para ningún proyecto ni a corto ni a medio plazo. Sólo vivo lo poquito que me quede intentando ser feliz y haciendo felices a los pocos que están a mi lado y esperando encontrarme pronto con Dios", terminaba diciendo.