El padre de Amy Winehouse ha concedido una emotiva entrevista al diario The Independent en la que acusa al gobierno de dejar morir a los adictos.
La muerte de su hija hace ya casi un año ha hecho que el dolor de su padre se convierta en rabia por la escandalosa falta de tratamiento disponible para los adictos vulnerables.
Por ello ha creado la 'Fundación Amy Winehouse', cuya finalidad es ayudar a los consumidores de drogas y a los niños de escasos recursos. Pretende poner en marcha amplios programas de educación sobre las drogas, poniendo a prueba un esquema en Hertfordshire, mediante el envío de adictos recuperados a las escuelas para educar a los niños acerca de las realidades de las drogas.
Mitch ha publicado un libro de memorias, 'Amy, My Daughter', contando la historia de su hija desde su perspectiva, mostrando sus sentimientos y el dolor sufrido antes y después de su muerte. ''Ojalá hubiera sido yo el que murió y no mi hija'', expresó emocionado.
Escribir el libro le ha ayudado a procesar parte de su pena. Los avances de los editores británicos y americanos, de más de un millón de libras, se destinarán a la fundación. En su interior narra un sinfín de anécdotas de la conducta de los periodistas sensacionalistas sin escrúpulos hacia su hija.
El padre de la artista confiesa que gastó cerca de 1 millón de libras en el tratamiento privado para su hija -una sucesión de centros de rehabilitación de viviendas, hospitales y médicos- y está horrorizado por lo que ahora piensa que hubiera pasado sin las enormes sumas de dinero provenientes de la fortuna de Amy.
Está convencido de que hay que achacar el problema mediante una rehabilitación residencial y con ofertas de trabajo, disminuyendo así el número de delitos. "Pero todos los gobiernos piensan en términos de cuatro años", dice resentido.
Confiesa haber intentado contactar espiritualmente con Amy
Él describe a las empresas privadas como ''máquinas de hacer dinero" y acusa a dos en las que su hija se quedó, de advertir a la prensa acerca de los paciente famosos.
" He visitado espiritistas y médium y me han dado pruebas de que Amy sigue ahí. Algunos de los mensajes que hemos recibido han sido increíbles'', como el estremecedor: "Papá, hay vida después de la muerte".