El artista ha concedido una entrevista de lo más sincera en la revista GQ y no ha tenido reparo en hablar tanto de su música como de su famoso vídeo en el que confirmaba que era homosexual. "El disco se llama Vértigo porque es una suerte de terapia, para el que lo hace y para quien lo escucha. Para desahogarme de amores del pasado, o para desear cosas positivas para mí y los demás. Me he centrado mucho en hablar de cosas cotidianas".
"En este disco es todo al revés de como lo venía haciendo hasta ahora, todo es más crudo, la voz está como si te la estuvieran cantando justo delante, no hay casi tratamiento. Si estoy contando cosas bonitas, cuanto más limpio esté todo más directo va a ser, más cercano", revela Pablo Alborán. Además, si algo ha demostrado hasta el momento es que es una persona de lo más normal y cercana que ahora ha logrado quitarse un peso de encima: "Soy un tío normal, que se ríe de todo, que le apetece pasarlo bien. Y ahora, además, puedo mirar a la gente y decir: este soy yo".
Una decisión acertada
El malagueño ha querido dejar bien claro que nunca se trató de ninguna estrategia laboral: "He escuchado que era una estrategia de marketing, lo cual es el colmo, he escuchado también que tenía un coach que me preparó para hacerlo... Han dicho de todo: que si había amenazas, que si había una pillada... pero de verdad ¡es que no hay nada!. Yo mi vida la he vivido siempre normal. De hecho, mis canciones no tienen género desde hace muchísimos años, pero porque yo entiendo la música de otra manera, no tiene que ver con si te gustan los hombres o las mujeres, es una forma de entender el amor. Para mí es importante que se sienta identificado todo el mundo".