Hay parejas que cuando rompen comienzan una guerra sin cuartel que suele afectar a los hijos (si los hubiere), que muchas veces se utilizan como moneda de cambio. Otros sin embargo dan una lección de comportamiento, como es el caso de Orlando Bloom y Miranda Kerr.
La buena sintonía existente entre la expareja ha quedado patente cuando fueron fotografiados dando un paseo familiar por Nueva York. Kerr y Bloom caminaban con el niño, que iba en brazos de su padre. Al llegar a casa de Miranda, ella y Orlando se despidieron con un beso.
Seis años juntos y un hijo en común
Asimismo, Bloom ha realizado unas declaraciones que evidencian que su separación de la australiana es muy cordial, y que mantienen una buena relación tras el divorcio, sobre todo teniendo en cuenta el bienestar de su único hijo. "No somos amigos, somos familia".
La ruptura de Bloom y Kerr se dio a conocer a través de un comunicado emitido el pasado 25 de octubre. "Orlando Bloom y Miranda Kerr anuncian que comenzaron una separación amistosa hace unos meses. Después de seis años juntos, han decidido recientemente que querían formalizar la separación. A pesar del final de su matrimonio, los dos se quieren, se admiran y se respetan, y seguiran siendo una familia por el bien del hijo de ambos".
La ya expareja comenzó su noviazgo en 2007 y se casaron en secreto en Los Angeles en julio de 2010, tan solo un mes después de anunciar su compromiso. Su pequeño Flynn cumplirá tres años el próximo enero.