Lejos de sentirse mal consigo misma, acoge esta nueva faceta de su vida y no le cuesta reconocer los cambios que ha sufrido su cuerpo: "No estoy perfectamente en forma. De hecho estoy más blanda de lo que nunca he estado antes, incluyendo el infortunado semestre del instituto cuando descubrí simultáneamente la crema de cereales y las patatas.
No se calla nada
Incluso da detalles íntimos sobre su experiencia como embarazada: "Lo primero de todo, no has visto tu vagina en meses. Incluso aunque sea todo culpa suya estar en esa situación" (...). "Ella no es la chica que tú recuerdas, y tienes que retroceder y dejarle algo de espacio (y un pañal frío)" (...). Wilde concluye diciendo que el ejercicio en ese momento es más un regalo para la mente que para el cuerpo.