La estética de su casa es muy kitsch, es decir, bastante pasada de mala y con mal gusto, y entre todos los objetos que había en una de las estancias se encontraba un teléfono público de los que ya prácticamente no quedan que se puede ver en barras de bares antiguos. Jorge Javier Vázquez, invadido por la intriga, ha descubierto junto al resto de los colaboradores los motivos por los que tiene es ridículo objeto en su casa.
"Cuando venía gente a casa, hacía llamadas muy caras y decidí instalarlo. Si podéis observar, está fijo a la pared con cemento", dijo Kiko Hernández. El plató estalló de risas, y es que la anécdota es cuanto menos surrealista. Está claro que el dinero es algo muy importante para él y a la vista está después de haber puesto a la venta dicha casa.
¿Venderá la casa?
Lo que no está muy claro es si después de este análisis tan exhaustivo consiga venderla porque la verdad es que algunas cosas echan bastante para atrás. Por otro lado, y a pesar de que el colaborador sea muy receloso de su intimidad, ha mostrado un nuevo aspecto de su vida que no estaba explorado.