La colaboradora de 'Sálvame' ha mostrado su nuevo rostro y ha explicado cómo fue su intervención y qué le han hecho.
Tras una larga espera que se ha hecho eterna, por fin todo el mundo puede ver la nueva cara de Mila Ximénez tras haber pasado por el quirófano para rejuvenecer su imagen. Como no podía ser de otra manera, la colaboradora de 'Sálvame' ha posado en su revista de cabecera, donde cuenta además numerosos detalles sobre su intervención. "La intervención duró cuatro horas y media y tenía mucho miedo a la anestesia por si no despertaba", manifestó la andaluza, que fue a la mesa de operaciones convencida de lo que iba a hacer y de lo que esperaba, pero con miedo por si algo salía mal. Afortunadamente todo salió a la perfección.
La colaboradora señala que ha tenido molestias "era incómodo, sobre todo porque tenía que dormir boca arriba"; además, comenta que su recuperación es lenta, y que hasta dentro de 6 meses o incluso un año no lucirá totalmente su nuevo rostro, en el que por cierto no hay 400 puntos como se dijo: "No tengo puntos en ningún sitio, lo de los 400 puntos era una forma de hablar, me han hecho una microcirugía y tengo pequeñas grapitas que se van cayendo solas. Me puedo hacer coleta, no voy a tener cicatriz, las odio"El médico responsable del milagro de Mila es el mismo que operó a Richard Gere y le solicitó fotos de una época de su vida en la que se viera bien. Ella le dejó unas imágenes de cuando tenía 30 o 35 años, su mejor etapa. Tras la operación no parece que tenga esa edad, pero se podría decir que casi le han hecho nueva: "Me han levantado toda la parte fláccida de la cara y me han quitado la piel que sobraba. El mayor trabajo ha sido en el cuello, me lo han hecho nuevo. Me ha subido los labios y me ha puesto grasa natural de mi propio cuerpo, de mi ombligo. Me ha hecho un relleno natural y es para siempre, no desaparece".
Con ganas de dar guerra
Mila Ximénez está encantada con el cambio: "Tenía mucha inseguridad cuando me veía en televisión o en algún reportaje. No me gustaba mirarme, me dolía y a veces lloraba. Tenía la autoestima por los suelos". Ahora se siente más segura y vuelve con ganas de dar guerra.