"Nunca me gustó mucho la ropa. No sé a mi me daba igual cuando era joven. Iba con uniforme hasta cuando en mi colegio podíamos ir de calle yo me plantaba mi uniforme porque me parecía aburridísimo eso de ponerme un modelito cada día", ha dicho con un toque de humor, y ha añadido: "Ahora pienso qué quién me lo iba a decir que mi vida iba a basarse en cambiarme de ropa y en dar vida a los trajes".
Aprendió a enfrentarse al 'NO'
"Yo estaba allí escondida como diciendo qué horror porque eran mis ídolos. Yo me vi desde el colegio Blanca de Castilla a París desfilando con mujeres que yo admiraba en las revistas", ha recordado de cómo comenzó toda para ella, y la presentadora le ha dicho: "¿Te trataban como una más?", a lo que ha contestado: "Sí, todas, Carla Bruni... Me acogieron". Aunque también ha hablado del lado más oscuro de esta profesión, que en muchas ocasiones crea falta de autoestima e inseguridades: "Falta de confianza y de no saber cómo ubicarte en este mundo. Suelen ser personas que son muy exigentes consigo mismas. Yo lo era, pero a mí esta profesión me ha hecho muy fuerte. He aprendido a convivir con el 'no'. He aprendido a saber lo que es el no cada vez que iba a un casting. Y ese no, no era porque yo no valiese, sino porque no representaba aquello que buscaban".