Ha sido la revista Woman's Day la encargada de sacar a la luz esta información. Al parecer Nicole Kidman tuvo un comportamiento bastante extraño y, de hecho, algunos de los presentes en el lugar se llegaron a preguntar si la actriz había tomado demasiado vino antes de que dieran comienzo los Globos de Oro.
Todo comenzó cuando Kidman interrumpió la entrevista que le estaban haciendo al también actor Tom Hiddleston en la alfombra roja para decir que lo estaba pasando muy bien: "Perdón por interrumpir. Estoy tan feliz de estar aquí que he decidido divertirme. Por eso vine y lo hice". Así bromeaba la australiana frente a su compañero de profesión.
Con ansias de pizza
No solo fue la interrupción de la entrevista, sino que la actriz al parecer estaba muerta de hambre y no paraba de buscar a los camareros que llevaban pizza por la sala. Además, según apunta la revista Woman's Day, Nicole Kidman dejó relegado a su marido Keith Urban a quitarle las migas que le caían por su elegante vestido. Sin lugar a dudas la actriz estaba totalmente desmedida.