Nicole Kidman se convirtió sin pretenderlo en una de las protagonistas de los Oscar 2017. Esto no fue solo por su look, sino por su peculiar forma de aplaudir la actuación de Justin Timberlake. Este fenómeno se hizo viral en pocas horas en las redes sociales con numerosas bromas y memes acerca del momentazo.
Ahora, casi dos semanas después de la gala, la actriz ha querido romper su silencio y hablar sobre el incidente, confesando en el programa de la emisora KIIS , 'Kyle and Jackie O' que aplaudió de esa forma porque sintió miedo de dañar su gigante anillo de diamantes de Harry Winston. "Fui realmente torpe y fue como: "Dios, de verdad quiero aplaudir" ", explicaba a la emisora.
" Quería que se me vieran aplaudir, ¿que habría sido peor, que digan 'por qué no aplaude Nicole Kidman?'", contaba la actriz tratando de imitar lo que creía que serían los titulares de los medios de comunicación. "Así que decidí aplaudir, pero era realmente difícil porque yo tenía ese enorme anillo que no era mío, pero era tan magnífico y bonito que de verdad tenía miedo de dañarlo ", explicaba.
SOMEONE PLEASE TEACH NICOLE KIDMAN HOW TO CLAP pic.twitter.com/5DQFR3M0VV
? #1 Rachel ? (@rachel) 27 de febrero de 2017
La australiana llevaba un anillo de nada más y nada menos que 119 quilates de diamantes. La estrella, que fue nominada a Mejor Actriz de Reparto por la película 'Lion', completaba su look con una pulsera vintage y unos pendientes de diamantes, que hicieron que brillara como nunca en la alfombra roja.
No fue su noche
A pesar de su carácter tranquilo delante de las cámaras, Kidman ha revelado que sufrió un problema con el funcionamiento de su vestuario antes de posar en la alfombra roja. " Tuve pánico porque el tirante de mi vestido se rompió cuando me monté en el coche ", contaba. Los tirantes de su vestido de Armani Privé estaban en un principio cruzadas por la espaldas y sujetado por sus brazos.
Sin embargo, a mitad de camino a la ceremonia, la estrella fue vista en el backstage con los tirantes atados alrededor de su cuello. Por suerte, finalmente el cambio en el diseño del vestido no alteró el acabado final y todo se quedó en una anécdota más de los Oscar.