Los jardines de La Lanterne de Versalles, en las cercanías de París, han contemplado el idílico paseo que Nicolas Sarkozy, Carla Bruni y su hija Giulia han dado para disfrutar de su felicidad familiar pocos días después del nacimiento de la pequeña.
Pese a que Carla aseguró que pretendía proteger la intimidad de su bebé y no exponerla a los medios, no ha podido evitar que se tomen unas imágenes en las que aparece la Primera Familia, aunque al igual que ocurrió cuando salió de la Clínica la Muette de París, Giulia aparece tapada, por lo que todavía no se conoce el rostro de la niña.
La Primera Familia de Francia, vestida de manera informal, disfrutó de la felicidad que les invade y que se completó con la llegada al mundo de Giulia el pasado 19 de octubre tras hacer esperar durante varios días, pues Carla Bruni había señalado que salía de cuentas el 1 de octubre.
Nicolas Sarkozy, padre feliz y presidente en apuros
La primera imagen que sale a la luz de los Sarkozy-Bruni se produce en un momento de gran inestabilidad en la Unión Europea, hecho por el cual el Presidente de la República ha tenido que estar más pendiente de asuntos políticos y económicos antes que de su familia.
Sin embargo, Sarkozy ha encontrado tiempo para dedicarlo a su mujer y a su hija, de quien la Primera Dama señaló poco después de nacer en su página web: "Estoy muy emocionada por los numerosos mensajes de felicitación que recibo desde el nacimiento de nuestra hija Giulia". "En esta feliz ocasión, mi marido se une a mí para agradecer a todos los que nos enviaron estas expresiones de simpatía", añadió.
La pequeña Giulia Sarkozy Bruni se ha convertido en el segundo hijo de Carla -su primogénito, Aurélien, nació en julio de 2001 fruto de su relación con el filósofo Raphaël Enthoven-, y el cuarto del Presidente de la República francesa, que tiene tres hijos, -Pierre, Jean y Louis-, de sus dos matrimonios anteriores.