Ha sido una de las noticias más trágicas de los últimos meses. Naya Rivera desapareció en el lago Piru después de marcharse con su hijo a pasar una jornada de diversión en dicho lugar. Madre e hijo fueron captados por las cámaras de seguridad cogiendo el barco pero nunca más se volvió a saber nada de la conocida actriz de 'Glee'. La policía encontró el mismo 8 de julio a su hijo, Josey, dormido en el barco pero sin rastro de su madre.
El pequeño contó que su madre había bajado al agua y que ya no había vuelto, por lo que la búsqueda no paró hasta que los equipos de búsqueda del condado de Ventura encontraron el cuerpo sin vida de Naya Rivera seis días después de su desaparición. Las investigaciones esclarecieron que la actriz bajó a socorrer a su hijo que habría caído al agua pero que ya no tuvo fuerzas para salvarse a sí misma.
Ahora, tres semanas después del fatídico accidente, People ha tenido acceso al certificado de defunción de Naya Rivera y en él se concreta la causa de la muerte como un ahogamiento. Además, se especifica que este ahogamiento ocurrió en minutos, por lo que el sufrimiento no se extendió en el tiempo. La autopsia determinó que fue una muerte accidental sin causas subyacentes o enfermedades y que tampoco había drogas ni alcohol en su organismo.
Un entierro en la más estricta intimidad
Ha sido al salir a la luz el certificado de defunción cuando se ha conocido la noticia de que los restos mortales de Naya Rivera ya descansan en el cementerio de Forest Lawn Memorial Park, un cementerio situado en las colinas de Hollywood en el que hay otros grandes rostros conocidos descansando para siempre, como es el caso de Paul Walker o Lucille Ball.
Según aseguran algunas fuentes, el funeral se celebró el 24 de julio en la más estricta intimidad tan solo con familiares y amigos cercanos. Tras este duro momento, el padre de Josey, hijo de la fallecida, Ryan Dorsey, escribió en redes sociales que se asegurará de que su hijo sepa siempre de dónde vino. Una gran tragedia que ha asolado a la familia de una forma repentina, sin duda alguna.