La cantante ha perdido a su padre con el que llevaba años sin tener relación después de que la abandonara cuando era una niña.
El padre de Adele ha muerto a los 57 años después de una larga lucha contra el cáncer. La figura paterna siempre ha estado ausente en la vida de la cantante puesto que su padre las abandonó a ella y a su madre cuando tan solo tenía tres años, pero pese a que nunca haya estado a su lado, ha sentido esta pérdida tal y como ha contado una fuente cercana al medio The Sun.
Más allá de este distanciamiento durante prácticamente toda su vida, fue en el año 2011 cuando tuvieron una fuerte pelea por la que dejaron de hablarse. El conflicto se generó después de que él concediera una entrevista diciendo que su hija luchó por encontrar el amor a pesar de que fuera abandonada cuando era una niña. La misma fuente ha contado que pese a que su relación fue bastante mala hasta el final de los días de Mark Evans, el padre de Adele, intentaron acercar posturas en más de una ocasión. Fue en el año 2013, cuando la relación con su hija estaba rota, cuando anunció que tenía cáncer de intestino, una enfermedad con la que ha estado luchando durante todos estos años.
Pese a que Adele sea multimillonaria, la vida de su padre ha sido en todo momento muy precaria, y su sueldo ha sido más bien reducido mientras conducía un camión de reparto. Fue hace poco cuando volvió a recalcar en una entrevista que echaba de menos a su hija y que deseaba tener una buena relación con ella, aunque nunca ha llegado a ser así y ha seguido sin hablarse con ella. Arrepentido de su comportamiento
En otras intervenciones ha llegado a reconocer que ha sido un mal padre para Adele, asumiendo sus problemas de alcoholismo, que le distanciaron más aún de su familia: "Estaba guardando dos litros de vodka todos los días. Bebí así durante tres años. Solo Dios sabe cómo lo sobreviví'', dijo. Por otro lado, también dijo que estaba muy avergonzado por la persona en la que se había convertido.