La muerte de Lina Morgan ha estado rodeada de las mismas incógnitas que sus últimos años de vida, con misteriosos ingresos y encierros presuntamente voluntarios en su casa y en una residencia una vez que salió del hospital tras una larga estancia.
La muerte fue certificada por un médico de confianza al que llamaron el chófer de Lina, Daniel Pontes, y una auxiliar que le atendÃa. AsÃ, no hizo falta que fuera trasladada al Instituto Anatómico Forense de Madrid y por tanto se evitó una autopsia que no se deseaba. El cuerpo sin vida de Lina Morgan estuvo en casa durante un dÃa entero, y solo fue llevado al Crematorio de la Paz cuando se hizo público el deceso. Según el citado medio, se desconoce si los restos se incineraron o no, otro misterio.
9 dÃas sin enterrar las cenizas de Lina Morgan
El chófer de la artista, Daniel Pontes, que era quien tenÃa el control total, decidió si las cenizas iban dentro del ataúd que se trasladó al Teatro de La Latina de Madrid, en el que se instaló la capilla ardiente. Se desconoce, y parece que los restos mortales de la cómica hicieron dos viajes a la funeraria, por lo que eso, sumado a que habÃan pasado 2 dÃas desde el fallecimiento, hacen suponer que ya habrÃa sido incinerada.
Después de pasar por La Latina, a las 2 de la madrugada del dÃa de autos, el féretro de Lina volvió a La Paz, donde fue cremado para cumplir con la Ley, lo que no se sabe si el cuerpo de Morgan estaba dentro o no. Lo que sà parece conocerse es que Daniel Pontes tuvo las cenizas en su poder durante 9 dÃas hasta que fueron colocadas en el panteón familiar de los López Segovia, donde descansan desde entonces junto a los restos de los padres y hermanos de Lina. Todos estos misterios solo pueden ser resueltos por una persona: Daniel Pontes, chófer de la actriz, hombre de confianza y heredero de su fortuna.