Desde pequeña fue una niña inquieta y muy curiosa. Montaba a caballo, llegó a competir en carreras de motos,... pero su deseo era estudiar Nutrición, aunque el mundo de la moda siempre le llamó la atención. Si no hubiera sido así no se habría apuntado, con la complacencia de sus padres, al concurso de belleza de la revista Dolly Magazine en el año 1997, cuando solo tenía 14 añitos.
Una corta edad que generó muchas controversias pero que no le frenó para seguir formándose y educándose, aunque ya empezó a combinar sus estudios con las campañas de moda. Ahí comenzó a nacer una supermodelo. Una supermodelo que se instaló primero en París y luego en Nueva York para llegar a lo más alto en el mundo del modelaje. Un sueño que consiguió rápidamente, triunfando tanto a nivel profesional como personal.
Los años gloriosos de Miranda Kerr
Rápidamente empezó a trabajar para firmas de belleza como Maybelline New York o de moda como Roberto Cavalli y a protagonizar portadas de revistas tan populares y con ediciones por todo el mundo como Vogue, Cosmopolitan o Harper's Bazaar. Todo ello le permitió entrar en el año 2008 en la lista de Forbes de las modelos mejor pagadas del mundo, nada más y nada menos que en la décima posición gracias a sus ingresos de 3,5 millones de dólares -dinero que ganó únicamente en el año 2007-.
Precisamente en ese mismo año estaba viviendo uno de los momentos más importantes de su vida después de haber recibido la llamada de Victoria's Secret en 2006. Tras un año apareciendo en diferentes campañas, en 2007 se convierte en ángel a nivel oficial, siendo la primera australiana en conseguirlo, 'título' que ya nadie le podrá arrebatar.
Y de ahí al cielo. Su popularidad se disparó. Su teléfono comenzó a sonar sin parar, las campañas se le solapaban unas con otras y los desfiles también. Se convirtió en una de las modelos del momento y la firma de lencería de lujo decidió que se convirtiera en la segunda embajadora de su submarca Pink en sustitución de su compañera Alessandra Ambrosio.Una etapa gloriosa que coincide también con su gran momento a nivel personal. Después de dos relaciones fallidas, Miranda Kerr encontró el amor al lado de Orlando Bloom, con el que se casó en julio de 2010 en una discreta ceremonia en Los Ángeles. Poco después la pareja confirmaba que iba a estrenarse como padres - su pequeño Flynn nació en enero de 2011 -, y precisamente por eso no se subió al Fashion Show de la firma en el año 2010.
Ya en 2011, más que recuperada de su embarazo, la modelo regresó por todo lo alto. Y es que Victoria's Secret le dio el privilegio de subirse a la pasarela luciendo el Fantasy Treasure Bra de 2,5 millones de dólares. En 2012 decidió colgar las alitas y continuar con las campañas para otras firmas como Chanel, Dior, Loewe, Mango, H&M o Stella McCartney.
Más allá de la moda, Miranda Kerr también se ha involucrado en otros proyectos. Entre ellos KORA Organics, una tienda online que ofrece productos orgánicos para el cuidado y la protección de la piel; o la publicación de su libro 'Treasure Yourself', con el que daba algunas claves, además de compartir pensamientos y sentimientos, para mejorar la autoestima y aprender a quererse uno mismo.
Los peores momentos de Miranda Kerr
Pero no todo ha sido de color de rosa en su vida. Cuando estaba en lo más alto, cuando lo tenía todo, llegó su peor crisis personal. Después de tres años de matrimonio, Miranda Kerr y Orlando Bloom decidieron poner punto final a su matrimonio y tiempo después la modelo confesó en una entrevista para Elle Canadá que atravesó una profunda depresión.
" Cuando nos separamos, en realidad caí en una depresión grave. Nunca entendí muy bien la profundidad de este sentimiento porque yo era naturalmente una persona muy feliz hasta entonces", confesó sin arrepentirse del paso que habían dado porque lo suyo como pareja se había terminado. Pero como padres no, de ahí que mantengan una relación excelente por el bien del pequeño Flynn. No obstante, consiguió con ayuda reponerse -explicó que el yoga, la meditación y la aromaterapia fueron vitales- y, de hecho, volvió a encontrar el amor al lado de Evan Spiegel, con el que se casó en mayo de 2017 y con el que repitió maternidad.
Y a nivel público, uno de los momentos más polémicos que ha protagonizado fue cuando hizo unas declaraciones a la revista The Edit que fueron rápidamente tachadas de machistas y que le provocaron una buena oleada de críticas a pesar de que ella las hizo diciendo ser una 'mujer tradicional': "Me gusta que mi marido se sienta masculino. Mi abuela me enseñó que los hombres son visuales y que tienes que hacer un pequeño esfuerzo y arreglarte para complacerle. Así que cuando Evan llega a casa, me aseguro de llevar un bonito vestido y de que las velas estén encendidas". Unas declaraciones muy similares a las realizadas cuando aún estaba casada con Orlando Bloom y comentó: "Tal vez soy demasiado tradicional, pero los hombres se sienten importantes cuando pides su ayuda, en lugar de pensar que puedes hacerlo todo por tu cuenta.