Después de que Miley Cyrus dejara claro con un honesto comunicado que ella no había engañado a Liam Hemsworth, y después de que el actor pidiera el divorcio de manera definitiva a la cantante, llega un nuevo episodio a la separación de una de las parejas más queridas de Hollywood: decidir cómo se repartirán todo lo que construyeron como matrimonio, entre ello, las 15 mascotas que adoptaron juntos.
Liam Hemsworth junto a 4 de sus mascotas Foto: Instagram @liamhemsworthPor suerte, la pareja firmó un contrato prematrimonial, antes de dar el 'sí, quiero' que dejaba claro que en lo económico habría una separación de bienes en la que cada uno se quedaba con lo que le pertenecía de manera previa al enlace y se separarían equitativamente lo que hubieran conseguido como matrimonio. Otro problema habitual en los divorcios es el de la custodia de los hijos, un problema del que se desentienden ya que en este año la pareja no se ha convertido en papás. Sin embargo, hay una custodia que sí han tenido que ocuparse: la de todas las mascotas que adoptaron cuando estaban juntos.
Durante estos meses, el matrimonio ha salvado la vida a 15 animales : siete perros, dos caballos, dos ponis, tres gatos y un cerdo, todos ellos vivían junto a la pareja en su mansión de Los Ángeles. Cuando la mansión ardió hasta los cimientos fue Liam Hemsworth el que salvó la vida a todo su pequeño zoo. Ambos están muy apegados a los animales pero han llegado a un acuerdo: será Miley Cyrus la que se quede con todos ellos.
Liam Hemsnworth y Miley Cyrus limpiando la casita de su cerdito Foto: Instagram @liamhemsworthTodo en buenos términos
Pese al eterno amor que profesa Hemsworth por todas sus mascotas, fue Miley Cyrus la que adoptó, a su nombre, a todos ellos, lo que los convierte en su propiedad. Sin embargo, no ha sido este el motivo por el que el actor ha decidido ceder, sino porque sabe el tremendo apego que tiene la cantante con los animales, y ha decidido poner las cosas fáciles en la separación para que puedan seguir manteniendo una buena relación, en vez de embarcarse en una guerra judicial con su futura exmujer.
