La colaboradora de 'Sálvame' es tan humana como los demás, y tiene sus miedos y también sus vicios confesables.
Mila Ximénez ha regresado nueva tras haberse operado la cara. Se ha rejuvenecido, y lo más importante, se siente mucho mejor consigo misma y más segura. Polémica sigue siendo un rato largo, ya que tras un mes apartada no volvió especialmente relajada, pero ella es así, por mucho que le cuesta granjearse numerosas críticas por ese carácter tan complicado que tiene.
Tras unos días de vuelta en 'Sálvame', ha decidido volver también a actualizar su cuenta de Instagram tras haberla tenido abandonada desde marzo. No es de extrañar, ya que la colaboradora ha confesado que odiaba los photocalls y que no soportaba ver su imagen reflejada en un espejo, así que es normal que no quisiera dar contenido a una red social que se nutre de fotos.Una nueva Mila Ximénez con el carácter de siempre
Ahora es otra mujer y ha vuelto con fuerza y ganas, y entre fotos suyas y otras con seres queridos ha aprovechado para confesar algo que le aterra, y otra cosa que le encanta y sin la que no puede vivir. De sobra es conocida la pasión que la andaluza tiene con los animales. Se pone enferma cuando se entera de casos de maltrato, y por tanto es una ecologista convencida que mira con temor cómo estamos destruyendo el planeta.
Así, la colaboradora ha colgado un vídeo en la citada red social en el que se muestra cómo se está acabando con el Ártico desde 1980. El deshielo progresivo del Polo Norte está incrementando las temperaturas medias en la Tierra y provocará la subida del nivel del mar. Mila Ximénez, aterrada por lo que puede llegar a pasar si no hacemos nada para evitarlo comentó. "Uff!!! Da miedo, ¿eh?"
Además de eso, compartió con todos sus seguidores qué es lo que más le gusta, o al menos cuál es ese vicio confesable sin el que no puede estar. La colaboradora de 'Sálvame' es toda una adicta al chocolate, y no puede pasar sin comerse alguna onza de vez en cuando. Sin duda, un pequeño vicio al que mucha gente es adicta.