Miguel Ángel Silvestre en la carrera de Fórmula E en Long Beach, CaliforniaEntre ruedas, coches eléctricos y con un gran circuito de fondo, Miguel Ángel Silvestre, Irina Shayk y Leonardo DiCaprio han compartido, este fin de semana, algo más que éxito y fama. El empresario y marido de Ana Aznar, Alejandro Agag organizaba la sexta carrera de la Fórmula E en la californiana ciudad de Long Beach, como director de tal evento, y ha sido allí donde los dos actores y la modelo rusa se han unido a un multitudunario público para disfrutar de esta afición deportiva.
Una iniciativa ecológica en la que el mundo del automóvil y el medioambiental convergen en un mismo fin y que ha terminado alzando al piloto de carreras Nelson Piquet Jr. como merecido ganador. " Muy impresionado después de haber vivido la carrera de la FORMULA E, e ilusionado por el avance que esto supone para el medio ambiente. Muchas gracias #AlejandroAgag por hacerme vivir esta experiencia!", ha escrito el actor español en su perfil de Instagram junto a una imagen suya en pleno circuito.
Fórmula E: una iniciativa ecológica
Asimismo, y aunque prescindiendo de las redes sociales, ha dejado verse entre el público el intérprete de ' El lobo de Wall Street ' Leonardo DiCaprio, quien ha acudido vestido con una camisa azul a cuadros, una boina grisácea, unas gafas de sol oscuras y luciendo una abundante barba. Entre ellos también se encontraba la 'top model' y ex de Cristiano Ronaldo, Irina Shayk, quien si ha querido dejar constancia de ello en su perfil social.
Irina Shayk y Alejandro Agag en la fiesta de la Fórmula E" Lo hemos pasado de maravilla hoy en la carrera de #FormulaE ", comentaba junto a la fotografía, en la que la modelo lucía un rostro completamente natural al lado de una amiga. Nada que ver con el look que acompañaría a su figura esa misma noche, durante la fiesta organizada también por el empresario madrileño. Un atuendo 'total black' con transparencias, mucho brillo y escote en 'V' que quiso acompañar con complementos de la misma tonalidad y un recogido bajo. Mucho glamour acumulado en una sola ciudad.
