El actor ha recordado un episodio del pasado vivido con un buen amigo que le sirvió para aprender y no perder la ilusión.
Miguel Ángel Muñoz no ha podido estar más emocionado después de haber recibido la visita de su Tata, Luisa Cantero, en el Teatro Canal de Madrid, donde está representando la obra 'El síndrome del copiloto'. El actor no para de demostrar el increíble amor que siente hacia su familiar, una persona muy importante en su vida con la que pasó el confinamiento en 2020 y con la que ha sacado una película documental titulada '100 días con la Tata'.
El actor ha llegado a decir de este vínculo que es 'la historia de amor perfecta', y no es para menos, así que ella no ha podido perderse al actor, siendo su fan incondicional en cada paso que da. A sus 97 años, fue vista en el patio de butacas, y es por eso que el actor tuvo que pronunciarse. "La primera vez que me vio encima de las tablas fue hace 20 años, en el año 2002 en el Teatro Alcazar de Madrid, en 'Quickly', una obra de teatro que tuve la osadía de producir con 19 años", dice Miguel Ángel Muñoz en sus redes sociales junto a un vídeo del momento en el que su Tata le visitó. Parece ser que su primera experiencia teatral no acabó muy bien, al menos en lo económico, porque ha contado que se lanzó a esta aventura con su amigo Daniel Huarte, con el que ya había aparecido en 'Al salir de clase', y en una entrevista para ABC antes del estreno ambos comentaban sus sensaciones a la hora de compartir escenario por primera vez.
Muñoz dijo de esta obra con su amigo: "Es una cosa muy rápida, la historia de dos personajes, de una amistad entre buenos amigos, que son actores, que tienen la forma de ver la interpretación y el mundo de la actuación muy diferente y por eso chocan constantemente", recordando las similitudes con su propia vida, pero no tuvo éxito en la taquilla, así que perdieron todo lo invertido. Muy agradecido
El actor ha dicho: "Me quedé sin los ahorros que tenía después de unos años ya trabajando". Lo cierto es que no se arrepiente, diciendo que mereció la pena: "solo por el sentimiento de felicidad absoluta que tuve el día que estuvo la Tata en el patio de butacas. Ese mismo sentimiento fue el mismo que tuve ayer y en cada una de las veces que ha venido a verme actuar encima de las tablas. ¡Gracias vida! ¡Gracias Tata!", añadía en su texto en las redes, recordando cómo perdió mucho dinero, pero no la ilusión por seguir intentándolo.