La exmujer del multimillonario se ha sincerado sobre cómo vivió su separación, un periodo doloroso de su vida.
Después de que hay pasado casi un año desde que Melinda French Gate pusiese punto final a su matrimonio con Bill Gates, por fin ha roto su silencio para hablar de los entresijos de su ruptura. Con él estuvo más de 30 años, al que conoció en 1987 y con el que tuvo tres hijos: Jennifer, Rory y Phoebe. Durante una entrevista concedida a la periodista Gayle King, del programa de televisión CBS Mornings, la multimillonaria ha hablado de varios aspectos, no solo de los motivos de su separación, sino también de cómo está siendo su nueva vida.
Al parecer, no sucedió nada en concreto para que tomaran la decisión de separarse, por eso ha dicho: "Llegó un momento en el que me di cuenta de que simplemente no era saludable, y no podía confiar en lo que teníamos", y ha negado que la supuesta amistad de Bill Gates con Jeffrey Epstein haya tenido algo que ver, algo que en su momento llegó a señalarse. Además, ha dicho que es difícil recuperar la confianza cuando se pierde pero deja claro que en su separación no influyó el affaire que tuvo dos décadas atrás con una empleada de su compañía . En el momento en el que todo sucedió ella lo supo y decidió seguir adelante con su matrimonio, porque ha asegurado que cree en el perdón. Poco a poco ha ido pasando página y para ella está siendo como una especie de viaje de curación: "Estoy realmente emocionada por lo que está por venir y la vida que me espera".
Pero el proceso no ha sido fácil para ella y lo ha pasado realmente mal: "He derramado muchas lágrimas durante muchos días". Para ella ha sido como una especie de duelo, y tuvo momentos de enfado y de no entender lo que había sucedido, pero sucedió. "Es algo que creías tener y que pensabas que tendrías para toda la vida", añadió.Han seguido trabajando juntos
Ambos siguen al frente de la fundación que crearon juntos, y ha dicho que cree en la institución: "Mientras llevábamos a cabo todo este proceso de divorcio hemos sido capaces de trabajar juntos de forma efectiva. Y no diré que haya sido fácil, pero lo hicimos. En mi caso tuve días en los que me echaba a llorar una hora antes de tener una reunión virtual, o estaba enfadada, pero me sobreponía y sacaba mi mejor versión. Y creo que podemos seguir haciéndolo".