Mel B, la antigua Spice Girl, desde que se divorció de su último exmarido Stephen Belafonte hace aproximado año y medio, no ha parado de entablar guerras judiciales contra él. Cuando se divorció, lo denunció por malos tratos y por haber publicado un vídeo de contenido sexual y ahora ha vuelto a denunciarle por haberle puesto vídeos del DAESH, el Estado Islámico, a sus hijas pequeñas.
Según asegura Mel B, su hija Ángel, hija de su matrimonio con el actor Eddie Murphy, está en tratamiento psicológico desde que Belafonte les enseñó los vídeos de alto contenido violento que incluyen hasta decapitaciones. El motivo de esta última denuncia es el trauma que le ha generado a la pequeña Ángel y exige que no pueda verla más.
Deudas milonarias a cambio del silencio
Mel B no solo debe dinero a la fiscalía estadounidense. El anterior juicio con Belafonte lo perdió y tiene que hacer frente a los pagos que el juez le condenó a pagar a su exmarido, una cifra que asciende a 3,4 millones de euros como pensión repartidos en cuatro años y 4 millones más por la mitad de la casa que tenían juntos. La cantante, durante el proceso judicial, le ofreció una isla privada en Virginia y 6 millones de euros para comprar su silencio sobre sus vídeos sexuales, donde ella era la protagonista.