MURIÓ EN PAZ

Ana Congost, la mejor amiga de Silvia Tortosa, desvela cómo fueron sus últimas horas de vida

La actriz murió de cáncer de hígado, pero no llegó a enterarse de este diagnóstico, que se supo por su entorno tan solo días antes de su muerte.

Tamara García Copado 05 Abril 2024 en Bekia

Ana Congost, la mejor amiga de Silvia Tortosa, ha hablado con La Razón para contar cómo fueron las últimas horas de vida de la actriz. Con ella estuvo hasta el último momento en los pies de su cama, y ha contado cómo fue todo, diciendo: "Silvia se marchó tranquila y en paz. No quisimos decirle lo del cáncer de hígado que la destrozaba por dentro, pero en su fuero interno sabía que la vida se le iba yendo".

"Llevaba separada de Carlos Cánovas unos cuantos meses y no tenía intención de verle, pero nadie impidió a ese hombre que le diera el último adiós. No es verdad que Silvia pidiera que si se iba de este mundo no dejaran entrar a Carlos en el tanatorio. Pero bien es cierto que aquella ruptura le hizo caer en una depresión, lo pasó muy mal", ha dicho sobre el productor y su presencia en el hospital.

Su maiga ha contado cómo se desencadenó todo, que fue demasiado rápido: "Gracias a Dios, Silvia no sufrió en sus últimos días, no tenía dolores, cuando el martes 19 de marzo le practicaron una ecografía y descubrieron que tenía cáncer de hígado, preferimos no decirle nada para que no se preocupase. Quién iba a decirnos que moriría el sábado siguiente. Todo fue muy rápido. Pero ella no notaba dolores".

Por otro lado, ha contado cuáles fueron sus sensaciones en esos momentos en los que su amiga murió: "Fue inolvidable, era maravilloso verla tan tranquila, le decíamos palabras muy cariñosas, y aunque estaba medio sedada nos sonreía. Fue una muerte dulce, sin sufrimiento. En su subconsciente debía saber que se iba, porque se la veía con una paz impresionante. Pero en ningún momento dijo 'me voy a morir'. Por encima de todo, primaba una serenidad absoluta. Fue valiente hasta el final de sus días".

Un momento muy doloroso

Los últimos meses de la vida de la actriz fueron complicados para ella, porque se enteró de la infidelidad de Carlos Cánovas y cortó de golpe con él. Fue duro, pero en cuanto se enteró dio el paso porque era algo que no aceptaba en su vida. Los dos vivían juntos en el chalet que ella tenía en Puerta de Hierro, y la mudanza se retrasó porque también vivía con ellos la madre de él, que ya es mayor. El productor le había sido infiel con una compañera de oficio, con la actriz Marina Lozano, y fue un tremendo disgusto para ella, es por eso que tan pronto como pudo modificó su herencia.

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