Tras la operación, la actriz sufrió afasia, un trastorno del lenguaje que la incapacitaba para hablar correctamente y relacionarse, y que la hizo sentirse más insegura y pensar que nunca más podría volver a ejercer como actriz: "Pensé que perdía la habilidad para actuar. Me pasé un mes en el hospital y, de nuevo, en algunos momentos, perdí toda esperanza. No podía mirar a nadie a los ojos. Tenía una terrible ansiedad y ataques de pánico", declara.
Recogida en su trabajo
La actriz reconoce que Daenerys Targaryen, el personaje que interpreta en 'Juego de Tronos', le fue de gran ayuda para no obsesionarse con sus problemas de salud y poder volver a llevar una vida normal. "Vas al set e interpretas a un personaje súper poderoso, y caminas sobre el fuego y hablas con cientos de personas, y te piden que trabajes lo más duro que puedas. Y eso fue lo que me salvó de pensar en mi muerte", añadía Clarke.