Aunque rodar 'Friends' supuso un antes y un después en la carrera -y en la vida- del actor, también fue una época muy oscura para él. La enfermedad (como el llama a sus adicciones) le costaba muy malas pasadas llegando, incluso, a poner su vida en riesgo en alguna ocasión. Empezó a trabajar en la serie con 24 años y ya por aquel entonces reconoce que bebía. "Podía manejarlo más o menos", dice. Sin embargo, cuando cumple los 34 años todo empieza a ir a peor en su vida.
El actor les está especialmente agradecido a sus compañeros de reparto en la serie. Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc y David Schwimmer fueron un gran apoyo para él, algo fundamental en la gente que padece adicciones de cualquier tipo. "Fueron muy comprensivos y tuvieron paciencia", aseguraba el actor mostrando su gratitud hacia el resto del elenco de 'Friends'.
Estuvo al borde de la muerte
"No sabía cómo parar. Si la policía hubiera venido a mi casa y me hubiera dicho: 'Si bebes esta noche, te vamos a llevar a la cárcel', me habría puesto a hacer las maletas. No podía parar porque la enfermedad y la adicción son progresivas. Así que se vuelve peor a medida que te haces más mayor", narra Matthew Perry, pues fue precisamente a sus 48 años cuando la adicción casi le cuesta la vida.
En el año 2018, la prensa se hacía eco de la noticia de que el actor había ingresado en urgencias con fuertes dolores abdominales. Mas tarde anunciaban que había sufrido una perforación gastrointestinal, pero en realidad lo que le pasaba era que, literalmente su colon había reventado por el uso continuado de analgésicos. "Los médicos le dijeron a mi familia que tenía un dos por ciento de posibilidades de vivir", cuenta el actor. Estuvo dos semanas en coma y cinco meses ingresado, pero puede contarlo.