La cantante Massiel ha confesado que padece una enfermedad ocular desde hace más de seis años.
La ganadora del Festival de Eurovisión de 1968 no está atravesando su mejor momento. Massiel ha concedido una entrevista a LOC en el que ha declarado que está viviendo un problema de salud que está empeorando por momentos. "Tengo degeneración macular. En un ojo veo periférico y en el otro veo de aquella manera con la mácula" confesaba la artista.
Este empeoramiento de la retina es un trastorno ocular que va destruyendo poco a poco la visión central del ojo. La enfermedad se puede producir por el paso de los años y genera unos síntomas como la aparición de manchas borrosas, dificultad al leer y retorcer las retinas llegándolas a orientar de una forma ondulada. Según apunta el testimonio que ha ofrecido a la publicación, la alteración apareció justo hace seis años y poco a poco ha ido empeorando. Massiel fue consciente del trastorno ocular que padecía en 2011 cuando formaba parte del elenco musical 'Follies'. La artista, que interpretaba la obra sobre el escenario del Teatro Español en Madrid, confiesa que en esos momentos tenía que ir por los pasillos con una bombilla para así poder ver mejor. Además, también ha querido dejar claro que ella no sabe cómo evolucionará esta dolencia: "Es una bomba de relojería". Aunque esta enfermedad no se pueda tratar, la intérprete de 'La La La' intenta tomárselo de la mejor manera posible: "Soy la tuerta más famosa después de la Princesa Éboli".
Duros momentos
No son buenos momentos para Massiel, y es que el pasado domingo 5 de marzo un terrible suceso sacudía la vida de la cantante. La casa de Massiel que se encuentra en la localidad segoviana de San Rafael fue devorada por las llamas a primera hora de la mañana. Todo se produjo cuando se quemó el tubo de la chimenea que se prendía con gasoil. Además, el siniestro se complicó debido a los materiales con los que estaba construida la vivienda.
Cuando se produjo el incendio, la actriz y cantante no se encontraba dentro del inmueble pero sí su hijo. Afortunadamente no hubo heridos y tan solo hubo que lamentar daños y desperfectos materiales. "La casa está a nombre de mi hijo. Todos están vivos, todos están bien y el seguro se hará cargo de todo" declaraba la mujer al periódico El Mundo.