Carmen Franco sabe que sus días están contados. Ha vivido una vida larga de 91 años con numerosas experiencias vitales, sobre todo cuando disfrutó de la posición que le dio el ser hija del dictador que gobernó España con mano de hierro durante casi 4 décadas. Ahora, el cáncer terminal que tiene está acabando con ella poco a poco, y tiene claro, que el final se acerca.
Carmen Franco Polo durante la comunión de Eugenia de Borbón en MadridLo que también se acerca es la Navidad. En menos de una semana, las familias se sentarán juntas a cenar en Nochebuena, y en esta ocasión, Carmen Franco juntará por primera vez en muchos años a todos sus hijos, nietos y bisnietos, que han modificado sus agendas en la medida de lo posible para desplazarse a casa de la viuda del Marqués de Villaverde.
La última Navidad
Esta va a ser su última Navidad, y aunque se encuentra muy mal, quiere reunir a todos sus descendientes una vez más antes de morir. Como señala LOC, otras veces pasaba la Nochebuena en casa de su hijo Francis o de su nieto Luis Alfonso de Borbón, pero ante la gravedad de su estado, se ha decidido que por una vez, todos los Martínez-Bordiú Franco se junten en la lujosa vivienda de Hermanos Bécquer que habita la hija del dictador.
Carmen Franco y Carmen Martínez-Bordiú en una de las corridas de toros de San Isidro 2013No tienen pensado nada especial, tan solo quieren estar con ella en un día tan especial. De todos modos, con lo mal que se encuentra, es probable que esté para pocas celebraciones , pero al menos estará contenta al ver por última vez a toda su familia reunida.
Carmen Franco cuenta los días para decir adiós a la vida. El pasado mes de septiembre consintió por fin ir al médico después de una temporada en la que se sentía mal. Después de que le hicieran pruebas, se confirmó que tenía un cáncer terminal y que sería cuestión de muy poco tiempo. Ella lo asumió con entereza y se ha entregado ya a la espera, dejando todo listo para cuando ya no esté. Ahora ya no sale de casa y apenas se mueve de la cama. Sus familiares están volcados con ella, y aunque ella ya no tiene casi fuerzas, agradece la preocupación.
