"Después de terminar 'Nueva York. Nueva York', cambié. Estaba fuera de tiempo y fuera de lugar, y también tenía gran agitación en mi propia vida y abrazaba el otro mundo, por así decirlo, con una especie de atracción por el lado peligroso de la existencia. Estuve en un hospital, sorprendido de que estuviera cerca de la muerte", comenzaba explicando el director a The Hollywood Reported.
Con tan solo 35 años, Martin Scorsese vio su vida en peligro debido a las drogas, a las enfermedades y a su agitado ritmo de trabajo. "Habían pasado muchas cosas. El uso indebido de la combinación de medicamentos normales, hicieron que mi cuerpo reaccionara de manera extraña. Bajé casi 50 kilos. Esto no sucedió solo por los fármacos ya que el asma también tuvo mucho que ver. Estuve en el hospital 10 días y 10 noches, y los doctores cuidaron de mí, y me di cuenta de que no quería morir, no quería perder mi vida", continua.
Recurrió a la oración
El director, que sentía que estaba pasando por un mal momento, recordó sus raíces católicas y comenzó a rezar para conseguir salir vivo del hospital: "Me impresionó mi ingenuidad y negación. Oré, pero si rezaba era para pasar esos 10 días y 10 noches, y sentí que si me salvaba era por alguna razón, incluso si no hubiera razón, tuve que hacer buen uso de ella". Para finalizar, llegó a la siguiente conclusión bíblica: "Todo lo que sé es que yo era ciego y ahora puedo ver".