A pesar de que Marta Ortega atraviesa por uno de sus mejores momentos personales, pues está preparando su boda con Carlos Torretta para el próximo otoño, lo cierto es que hace unos días vivió uno de sus días más amargos en el homenaje al jinete Tino Torres, que falleció en mayo de 2018 a los 57 años como consecuencia de una enfermedad.
El Concurso Internacional de Salto de Casas Novas, celebrado en Arteixo, fue el lugar elegido para llevar a cabo esta simbólica ceremonia y allí la heredera del imperio Zara no pudo contener las lágrimas al igual que otros de los allí presentes. Y es que Torres había sido profesor de equitación de Ortega cuando esta se inició en el mundo de los caballos, de manera que su muerte ha supuesto un revés para la hija de Amancio Ortega.
De camino al altar
Este episodio ha supuesto un duro palo para la heredera de Inditex, que se encuentra inmersa de lleno en los preparativos de su boda con el hijo del diseñador Roberto Torretta. Según informó la revista Hola, el enlace, que pondrá el broche de oro a más de un año de relación se celebrará el próximo 17 de noviembre, en el Pazo de Anceis, el mismo lugar en el que contrajo matrimonio con Sergio Álvarez-Moya.
Una relación que no funcionó, pero de la cual fue fruto el único nieto de Amancio Ortega. Ahora, la también jinete ya prepara todos los detalles de la que parece ser será una boda a la altura de la pedida de mano. Y es que, aunque apenas han trascendido detalles de la misma, sí que se sabe según ha informado Vanitatis que fue en una casa de los Ortega en La Coruña donde Torretta se arrodilló y le regaló un espectacular anillo de diamantes que la protagonista ya ha lucido en varias ocasiones.