Marisa Jara está muy feliz, especialmente desde que consiguió su sueño de ser madre. La modelo, actriz y también empresaria, acudió a la Semana de la Moda de Madrid junto con su novio y padre de su hijo, Miguel Almansa. A ambos se les cae la baba al hablar de su pequeño Tomás, el hijo en común de la pareja. La actriz ha mantenido una distendida charla en la que ha hablado acerca del trabajo y lo que la maternidad, tan complicada, le ha supuesto.
Tomás ha sido como un regalo para Marisa Jara. La actriz libró mil batallas para conseguir quedarse embarazada y tuvo que sortear muchos obstáculos de cara al parto y la consiguiente maternidad. Ahora, a toro pasado, admite: "Lo he pasado mal, pero ha merecido la pena y volvería a pasar por lo mismo. La maternidad es mucho más espectacular, tierna y bonita de lo que nunca había soñado".
La recién estrenada mamá deja en el aire la posibilidad de darle un hermanito o hermanita a Tomás: " Nos lo estamos planteando. Tengo que esperar un tiempo. De todo lo que pasé, que se le puede poner nombre: cáncer, estoy recuperada. Me tengo que hacer controles cada tres meses. Además, tengo muchos óvulos congelados". Afirma también que su hijo ha salido más al padre por toda la energía que tiene.
A la madre de Tomás le diagnosticaron en 2018 un cáncer de estómago, que hizo que viese que aparcar por un tiempo su deseo de ser madre. Además de ello, la mujer padece endometriosis y, por todo ello, ha pasado 19 veces por quirófano. Cuando parecía que, por fin, el embarazo estaba más cerca, le diagnosticaron un mioma en el útero y tuvo que volver a operarse. Tras toda esta lucha, de una vez por todas, tanto ella como su novio ven cumplido su sueño de ser padres.
Ahora es empresaria de éxito
En cuanto al ámbito laboral, Marisa Jara se ha estrenado en el mundo de las joyas. La actriz está triunfando mucho, cosa que no se esperaba para nada: "Ya me han ofrecido comprarme la empresa dos veces. Yo no quiero perder lo que tengo ahora, fundamentalmente la esencia de mi empresa, que creé desde la nada. Esto empezó como un plan B (...) Sin darme cuenta la empresa ha ido creciendo. Lo que empecé en mi casa, ahora es una nave con cuatro empleadas", relata con emoción.
Para la empresaria, las adversidades nunca han sido un problema. Se las toma de manera positiva como un aprendizaje: "Nunca he pensado en tirar la toalla porque pienso que de los problemas se sale reforzada. Yo soy una persona que lucha, me reinvento y no me acuerdo de las cosas malas. La vida es preciosa y ahora más que nunca ", dice en referencia a su hijo.