La modelo está atravesando un momento muy delicado después de haber perdido el bebé que esperaba.
Marisa Jara se ha enfrentado a la peor de las noticias para despedir un año que estaba siendo muy especial para ella, puesto que la modelo ha perdido el bebé que esperaba. Solo unos días después de anunciar que estaba embarazada por segunda vez, la modelo ha sufrido esta triste pérdida que sin duda alguna han marcado las fiestas navideñas. Ella y su pareja, Miguel Almansa, estaban muy ilusionados con este embarazo y con la idea de darle un hermanito o hermanita al pequeño Tomás, pero no ha podido ser.
Ha sido la revista Diez Minutos la que se ha puesto en contacto con Miguel Almansa, pareja de Marisa Jara, y ha confirmado esta triste noticia. "Marisa está muy triste. Es normal teníamos mucha ilusión. Gracias por preocuparos". En estos momentos complicados quieren vivir su dolor en su intimidad, siendo respetados y estando en un ambiente lo más tranquilo posible. Fue tan solo unas semanas antes cuando lo confirmó a través de sus redes sociales con una foto junto a su hijo, que nació en abril de 2022. "Un pajarito me ha dicho que vuelvo a ser mamá! Y no podemos estar más felices con esta noticia sorpresa que que no esperábamos!!! Feliz día a to@s os quiero!!!!", decía con toda la ilusión del mundo.
Para ella fue una auténtica sorpresa enterarse de este segundo embarazo, y más después de todo lo que le había costado ser madre por primera vez, algo que consiguió y que le hizo muy feliz. "Todavía no sabemos nada. Ojalá sea una niña para tener la parejita. Estaría genial", decía feliz, contando que en dos semanas estaría de tres meses y que su bebé nacería en el verano de 2023. Un duro golpe
Por otro lado, reveló que todo estaba yendo bien y que en el momento en el que tuvo síntomas no pensó que fuera a tratarse de un embarazo, si bien es cierto, tanto ella como su pareja habían hecho saber las ganas que tenían de ampliar la familia para dar un hermanito o hermanita a su hijo Tomás, aunque ellos no se esperaban que fuera a ocurrir tan pronto y de manera natural la llegada de un embarazo que por desgracia no llegará a término.