María Pombo ha cumplido un sueño con uno de los negocios después de que haya tenido lugar la celebración de su festival SuaveFest en la terraza Open Air del Estadio Wanda Metropolitano, llenándose de influencers y de numeroso público. Pero al ser la primera vez que lleva a cabo este evento, las cosas no han salido tan bien como le hubiese gustado.
Al parecer, una parte del público mostró su descontento porque estaban muy agobiados ya que no veían el escenario y porque había una gran aglomeración de gente, por lo que no estaban pudiendo disfrutar de los conciertos. La influencer y su equipo reaccionaron rápidamente y reubicaron a los perjudicados en gradas y palcos vips para que disfrutaran el festival al máximo, no obstante, Pombo se quedó con un mal sabor de boca, por eso se ha pronunciado a través de las redes sociales.
Y claro está que no se ha escapado de las críticas, por eso ha dicho: "Nunca había organizado algo con tantísima gente. Fue un día muy feliz, pero muy estresante". En cuanto a los contratiempos, ha añadido: " Yo estaba constantemente al móvil para saber cómo lo estabais pasando. Gracias a Dios pudimos reestructurar a esa gente que se estaba agobiando, moverlos a palcos y a gradas. Sé que al final salió todo bien pero no salió tan bien como yo querría".
La pequeña de las hermanas Pombo ha asumido sus errores y ha dicho que es la primera que lo pasa mal: "Os aseguro que en el próximo SuaveFest no va a haber personas agobiadas porque no ven. Tendríamos que haber habilitado desde el principio más gradas. La clave es pasarlo bien al cien por cien, que todo el mundo lo pase bien, no solo un 90%", así que ha dejado claro que para ella ha sido un poco fracaso, ya que sufre mucho cuando las cosas del trabajo no le salen bien. "Sé que muchos tenéis confianza absoluta en mí y no me gusta que haya nadie decepcionado. Estuve muy agobiada, lloré", ha admitido.
Su marido, orgulloso de ella
Lo cierto es que este no es el primer festival que organiza, aunque sí ha sido el más grande. Unos meses después lo celebró en Formigal y a pesar de la mala organización, muchas personas le han agradecido su sinceridad y que consiguiera solventar el problema, que eso es lo más importante. También su marido, Pablo Castellano, ha mostrado su orgullo por su mujer y lo bien que se lo pasaron a pesar de todo.