María Pombo se convirtió en mamá por segunda vez antes de lo que esperaba. Fue a través de una cesárea, y ahora ha querido compartir con sus seguidores cómo ha sido no solo el nacimiento de la pequeña Vega, sino también los días posteriores. La influencer ha querido contestar una ronda de preguntas, y ha sido ahí cuando ha hablado sobre cómo se encuentra, que ha sido la pregunta que más se ha repetido.
"Físicamente cada día un poquito mejor Pero vamos, para que entendáis un poco a situación, hasta hablar alto me duele. Psicológicamente por una parte estoy triste/ frustrada. Triste porque sin quererlo, creé unas expectativas en mi cabeza dando por hecho que el parto iba a ser igual de maravilloso que el de Martín. Con mi actitud de 'chica con suerte' no me llegué a plantear otro escenario en mi cabeza y eso creo que lo ha hecho más difícil. Y frustrada porque el postparto está siendo también muy diferente. Necesito ayuda para todo, me siento inútil y odio el no poder estar al 100% ni con Vega ni con Martín. Para rematar soy una fiesta de hormonas", ha empezado relatando de manera escrita sobre su estado de ánimo, pero también físico.
Además, ha contado que pese a los miedos a no sentirse igual emocionalmente que en el primer parto, todo cambió en cuanto vio a su hija. "Pero no todo iba a ser negativo, también y sobre todo estoy feliz y completamente llena de amor. Me daba muchísimo miedo no tener el sentimiento de ' amor a primera vista ' (por describirlo de alguna manera) con Vega como lo tuve con Martín. Y desde el segundo 1 ese sentimiento se ha multiplicado. Estoy tan enamorada que se me saltan las lágrimas al mirarla ", ha revelado.
También ella tenía idealizado el momento en el que sus hijos se conocerían, pero no fue para nada como se imaginaba, por eso ha dicho: " Cuando llegamos a casa, Martín estaba en la piscina, se hizo el chulito y no quería ni mirarnos a la cara. Como podéis observar nada ha sido lo 'ideal' ni muchísimo menos como yo lo tenía planteado en mi cabeza", compartiendo después un vídeo viral en el que un hermano mayor se emociona al conocer a su hermano pequeño.
Más tarde ha compartido un vídeo hablando en el que ha contado todos los detalles de su parto, es más, se ha emocionado en más de una ocasión, comenzando así: "A las 6 de a mañana del 19 de junio me levanto a hacer pis, y de repente chorro y cayó un chorro de pis, me fui a la cama y de repente otra vez, pienso que no es pis, me quedo observándolo como cinco minutos y decido levantar a Pablo, le digo que creo que he roto aguas, pero no estoy segura. Y digo creo porque yo no me había puesto de parto, Martín no crecía y me indujeron el parto, entonces no había roto aguas de forma natural ".
Pese a que pensaba que quizás no había roto aguas, se puso en contacto con su médico y le confirmó sus sospechas: " Llamé al médico y me dijo que fuera ya al hospital porque había roto aguas. Fuimos al hospital, yo solo cogí el din, estaba como en estado de shock, súper nerviosa, pensando en que Vega no estaba bien colocada, de camino al hospital no hablé", ha dicho.
"Cuando llegué me dijeron que efectivamente había roto la bolsa y querían ver si podían dar la vuelta a la niña para colocarla para poder tener un parto vaginal, me metieron en el quirófano, me pusieron la epidural y la raquídea, a los dos minutos estaba colocada para parir. Fue una alegría brutal, me llevaron a la habitación, no había dilatado y no estaba de parto todavía ", ha seguido diciendo.
Y aunque la cesárea fue muy bien, la niña venía con vuelta de cordón y ella se encontraba bastante mal, y así lo ha detallado: "Cada poco tiempo venían a explorarme, con lo cual me pusieron oxitocina, y una vez empezaron las contracciones y vieron que las pulsaciones del bebé bajaban, la bebé estaba sufriendo, así que decidieron que sería por cesárea. Cuando dijeron cesárea lloré, fue muchísimo susto, me llevaron al quirófano, estaba súper nerviosa. Básicamente así acabó, Vega tenía una vuelta de cordón en el hombro y en el pie, y no podía bajar y sufría. Así acabó la cesárea, hay algo de la medicación que me sentó fatal, empecé a temblar, tenía una sensación de mareo terrible, la cesárea fue rapidísima y genial, pero cuando sacaron a Vega tardó en llorar, y me puse en lo peor, y de repente empezó a llorar y me relajé, me la pusieron piel con piel, pero del mareo pedí que me la quitaran porque estaba fatal".
Cómo le afecta su enfermedad a su recuperación
Asimismo, ha contestado a otra pregunta sobre su esclerosis múltiple y el embarazo: "Mi neuróloga me dijo que la mejor medicina para la EM es estar embarazada porque el bebé te protege y así ha sido. Por otro lado, el postparto es lo que más miedo me da y en el que estoy un poco más nerviosa porque sé que es un periodo que favorece a los brotes".