Las noticias en torno a María José Campanario no han dejado de sucederse en todo el verano. Una temporada que arrancó con la cancelación de su segunda boda con Jesulín de Ubrique a consecuencia de un empeoramiento en la fibromialgia que sufre. A raíz de eso se vio obligada a ingresar en un centro psiquiátrico que controlase su medicación y le ayudara a superar el dolor con terapias alternativas. Por si fuera poco saltó la noticia de su obsesión con Belén Esteban y de que guardaba recortes en cajas de zapatos. Ahora, entre tanta expectación, ha reaparecido para apoyar a su marido.
Después de lo mucho que se ha dicho en los últimos días sobre la mujer del torero y sobre lo mal que estaba llevando toda esta presión el diestro, la pareja se ha dejado ver en Peralta (Navarra) muy unida y más enamorada que nunca, como llevan haciendo en todas las apariciones juntos de las últimas semanas, mostrando que permanecen juntos.
Un viaje juntos con el que pretenden un día más dejar claro que su matrimonio está fuerte y que están unidos en estos meses tan complicados que están pasando. De hecho, desde que llegaron al hostal en el que estaban alojados, Jesulín de Ubrique no se separó ni un segundo de su mujer.
Jesulín de Ubrique, muy atento con su mujer
Únicamente lo hizo a media tarde cuando se enfundó en su traje para acudir a la plaza de toros de la localidad navarra. Allí compartió cartel con David Luguillano en un festival taurino en el que sintió el cariño del público, al que le agradeció el apoyo que le estaban dando en una tarde nada fácil para él. Y es que, en algunos momentos, apoyó su cabeza contra el burladero tratando de concentrarse únicamente en su trabajo.