La modelo ha disfrutado de la compañía de sus pequeñas y de su pareja, Julio Ruz, a pesar de los rumores de deslealtad que él ha negado por activa y por pasiva.
María Jesús Ruiz está recién llegada a España después de pasar una temporada en Honduras para participar en la edición de 2018 de 'Supervivientes'. Sin embargo, se trata de la segunda vez que la modelo aterriza en nuestras tierras en lo que va de programa, ya que a mitad del concurso tuvo que venir de urgencia porque fue citada por un juez para que testificara ante el Tribunal por un asunto judicial con su expareja José María Gil Silgado.La organización del programa le permitió regresar a España para evitar la multa que podría suponerle faltar al llamamiento del magistrado, pero lo hizo en un aislamiento total para que más tarde pudiera regresar al programa sin tener conocimiento del exterior. La ex Miss España confesó en su día que fue muy duro regresar a la tierra que la vio nacer y pasar tan cerca de casa sin poder ver a sus pequeñas.
Por fortuna para ella, esta vez ha llegado para quedarse y aunque eso suponga que ha perdido el concurso, María Jesús Ruiz, ha lucido más contenta que nunca junto a sus hijas. La modelo no ha tardado en disfrutar de un divertido paseo familiar junto a sus dos hijas y su pareja, Julio Ruz, a pesar de los rumores que apuntan a que este le fue infiel mientras ella estaba tomando el sol en las costas caribeñas. Los cuatro han presumido de ser una familia feliz y ha dejado claro que nada ni nadie podrá borrarles la sonrisa de la cara porque ella no se cree ninguna de esas presuntas deslealtades. Polémica con las niñas
Mientras que su hija pequeña, la que tiene con su novio actual, la esperaba en su casa de Andújar, la mayor ha tenido que ser acercada hasta la localidad jienense de la mano su padre, Gil Silgado, que ostentaba la custodia temporal mientras la madre estaba en 'Supervivientes 2018'. De este modo, Ruiz y él se han reencontrado aunque su relación es muy difícil. A pesar de todo, nada ha sido capaz de empañar tan dulce momento y la exsuperviviente no ha podido dejar de sonreír en ningún momento.