Marisa Vicario habla de la situación de su hija: "Santacana le ha quitado los pasaportes de los niños"

Aunque los trámites de divorcio comenzaron en Miami, Santacana retiró la demanda para volver a presentarla en España. Para desgracia de Vicario, todo apunta a que finalmente se celebrará en este país, algo que le dificulta enormemente a la hora de demostrar la pérdida de toda su fortuna a causa de los manejos de que será su exmarido: "Cuando se casó con él, mi hija tenía muchas y buenas propiedades. Todo desapareció, se lo ha quitado todo", asegura Marisa Vicario, madre de la deportista, en una entrevista en exclusiva para LOC. Por su parte, el entorno de la otra parte asegura que cuando se casaron ya había muchas deudas y que todo lo que se vendió fue para solventarlas: "Ni tienen empresas en común ni cuentas conjuntas. Santacana ya tenía buenos negocios en Florida antes de irse a vivir con ella; no le debe nada. Al contrario, todo lo que ha dicho de él le ha perjudicado en su imagen".

Por suerte para la tenista, una cantidad de dinero inesperada le llegado como caída de cielo y le ayudaría en justa medida a solventar algunos de sus problemas económicos debido a que sus cuentas están en números rojos, sus abogados en Estados Unidos le cobran ingentes cantidades de dinero y los únicos ingresos con los que cuenta le vienen de su trabajo como profesora de tenis en el colegio de sus hijos y sus intervenciones puntuales en las televisiones de Miami como comentarista deportiva. Hace unas semanas se conocía la noticia de Arantxa Sánches Vicario formaba parte de los 26 beneficiarios de la herencia de Isabel Garmendia, una señora de Navarra que era su madrina. Esta relación se gestó cuando su padre trabajó en la sede Agromán en Pamplona donde "nos hicimos muy buenos amigos de Marisa que, como no tenía hijos, pidió ser la madrina de la niña", explicó también la madre. Gracias a esto, pronto recibirá la cantidad de 200.000 euros.

Los hijos, el punto de conflicto

Pese a todo lo malo que lleva ocurriendo en los últimos 6 meses desde que se hizo oficial el divorcio, Marisa Vicario ha encontrado el lado bueno de todo esto ya que su hija "se ha visto tan mal que ha vuelto a su familia" y ha dejado atrás un matrimonio que ella no aprobó desde el primer minuto: "Yo a este individuo no le he vuelto a dirigir la palabra desde el día de su boda", asegura: "Estoy contenta porque he recuperado a mi hija. Ahora hablamos todas las noches", reconoce poniendo fin a la entrevista con el mencionado medio.