El Gobierno de Portugal y el Ayuntamiento de Lisboa le ofrecieron todas las facilidades para que se sintiera cómoda. El primero le concedió la residencia en un tiempo récord y el segundo le buscó hueco para que aparcara su flota de coches en un barrio donde un lugar de estacionamiento tiene más valor que un apartamento.
En este tiempo se ha convertido en una de las mejores embajadoras del país gracias a las publicaciones en su cuenta de Instagram. La cantante, que acaba de cumplir 60 años, ha compartido numerosas fotografías del Parque Eduardo VII o el barrio de Alfama. También se lleva buenos amigos y compañeros de trabajo, como los músicos Ricardo Toscano, Dino D'Santiago y Kimi Djabaté.
Demasiada paz y tranquilidad
Según algunas fuentes cercanas a la artista, a Madonna le disgusta tanta paz y tranquilidad en Lisboa. Se le ha quedado pequeño "el paraíso", como la cantante llamaba a la ciudad, y se centrará en sus residencias de Londres y Nueva York. Esto, entre otras cosas, le permitirá también concentrar las visitas a sus hijos. Ahora solo queda por resolver la carrera futbolística de su hijo David.