La familia Spears ya puede respirar más tranquila después de que la hija de Jamie Lynn Spears, Maddie Aldridge, recuperara el conocimiento este martes 7 de febrero al mediodía. La pequeña sufrió un accidente el pasado domingo cuando conducía un quad. Perdió el control y cayó a un estanque donde quedó atrapada por el cinturón de seguridad, permaneciendo varios minutos bajo el agua.
Gracias a la rapidez de los servicios médicos pudieron trasladar a la niña en helicóptero al hospital más cercano, en Nueva Orleans. Su padrastro y marido de la actriz Jamie Lynn, Jamie Watson, ha querido informar de los avances de la pequeña y ha agradecido todo el apoyo recibido a través de su cuenta de Instagram. El mensaje iba acompañado de una fotografía de una camiseta con las palabras "Believe in miracles" (cree en los milagros).
La familia ha transmitido un comunicado en el que dicen que Maddie Aldridge ha despertado estando su padre, madre y padrastro con ella. También ha sido capaz de hablar y de reconocer a los miembros de su familia, quienes no se han separado de su lado ni un momento desde el accidente. Los médicos han podido retirarle la respiración artificial pero siguen suministrándole oxígeno. Aunque continúa estando monitorizada, por suerte no parece haber sufrido consecuencias neurológicas tras el accidente.
Maddie Aldridge, el orgullo de su madre
Jamie Lynn Spears anunció su embarazo en 2007, cuando tenía 16 años. Ella y su ex, Casey Aldridge, dieron la bienvenida a Maddie en junio de 2008, dos años antes de su ruptura. La joven actriz de 25 años quiso abandonar Hollywood y criar a su hija en su nativa Louisiana.
El verano pasado Spears declaró que la niña tenía un gran corazón y que creía haberla criado con honestidad, pero, sobre todo, con mucho amor. Decía estar muy contenta porque su hija era muy feliz y no había nada más que una madre pudiera pedir. Añadía que Maddie era su mayor orgullo y siempre lo sería.