La colaboradora de 'Sálvame' ha expresado su felicidad por haber podido volver al programa y ha manifestado a qué le tiene miedo y a qué no.
Lydia Lozano está muy contenta. Después de haber realizado la cuarentena al haber pasado una enfermedad que afortunadamente no ha sido coronavirus, obtuvo permiso para volver a su puesto de trabajo en 'Sálvame'. Su regreso fue triunfal debido a que no podía aguantar más y deseaba retomar su día a día en el programa de Telecinco.De ello ha hablado en una entrevista a Lecturas en la que asegura que tuvo un subidón al poder volver a salir de casa y regresar a un trabajo en el que tanto disfruta. "No sabes cómo agradecí ver gente. Soy muy sociable, no me gusta estar sola, aunque también necesito mi espacio", reconoce, añadiendo que cuando está en casa le gusta leer libros, ver series y películas sola y tranquila sin que nadie le hable. Sin embargo, acaba agobiándose si la situación se prolonga demasiado porque le gusta mucho hablar.
De todos modos, la colaboradora afirma que está preocupada por la pandemia y que ha pasado mucho miedo: "La gente mayor no va a tener tanto miedo porque les hemos cuidado mucho. Creo que las personas que tienen 40 y 50 años son las que peor lo van a pasar, les va a dar pavor pensar que han estado encerrados y que luego lo puedan pillar".Por otro lado, señala que ha pasado más miedo por sus seres queridos que por ella misma y que no tiene miedo a la muerte, pero sí siente pánico por otras cosas: "No tengo miedo a la muerte. Tengo miedo a quedarme ciega y me obsesiona caerme por las escaleras y quedarme en una silla de ruedas".
Enamorada de Charly
Finalmente, ha comentado que siempre ha sido una ligona, algo por lo que su madre le comentó que su "corazón era una pensión porque estaba siempre lleno". Asimismo, señala que ha ligado con gente famosa, y que se podría haber hecho 500 'Deluxe' contándolo. Sin embargo, ha preferido ser discreta. Además, es muy feliz con Carlos García-San Miguel, conocido como Charly, con el que lleva casada desde 1990 y con el que espera pasar toda su vida.