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El pasado 6 de abril, Bertín Osborne nos traía una nueva entrega de 'Mi casa en la tuya'. Esta vez era la actriz Lydia Bosch la encargada de abrir las puertas de la casa de una amiga para dar una de las entrevistas más sinceras hasta la fecha. Pocas veces podemos ver la faceta más privada de Lydia Boquera de Buen, que es su verdadero nombre. Una catalana con mucho apego a su familia y a los suyos y, por la manera en que se abre con el presentador de Telecinco, una mujer con muchas cosas que contar.
Precisamente comenzó hablando de su niñez en Barcelona. Es hija de administrativo y enfermera, aunque sus padres tenían una librería, donde le contaban que dio sus primeros pasos. Admite que tuvo una infancia muy feliz, puesto que sus padres nunca se peleaban: "cuando la gente les decía que, si nunca habían discutido, ellos contestaban que alguna vez, aunque en realidad jamás escuché una palabra más alta que otra en mi casa". Bosch reconoce que era una mala estudiante, capaz de idear cualquier cosa para hacer chuletas. De hecho, una amiga suya cuenta que lo suyo con la interpretación viene de lejos, cuando se inventaba la muerte de familiares para evitar hacer exámenes. "Maté a muchos familiares", decía la actriz.
Al ver que con los estudios no había suerte, se presentó al casting para azafata del '1, 2, 3', consiguiendo así realizar un sueño, ya que siempre había soñado con aparecer en el famoso programa de los años ochenta: " Cuando me llamaron y me dijeron que me esperaban en septiembre yo no sabía qué hacer. Cómo decirle eso a mis padres. Con los años me enteré de que mi padre lo pasó fatal y mi madre me echó un capote porque él me lo quería prohibir", afirmaba. Pero Lydia consiguió irse a Madrid y, según cuenta ella, siempre se sentía como "la típica chica de pueblo que salía por primera vez" ya que ella no estaba nada familiarizada con el mundo del cine y de la televisión. Los primeros contratos no tardaron en venir, cuando, a los meses de estar en el famoso concurso de la cadena pública, la actriz recibió la llamada para participar en su primera película, dando así el salto al cine.
Al poco tiempo conoció a Iñaki Miramón, una de sus primeras parejas, de las que guarda muy buen recuerdo hasta decir que es una de las personas más importantes de su vida. "Fuimos pareja durante muchos años, es una gran persona. Un día me dijo 'Lydia, no puedes abrazar a todo el mundo por igual', porque soy muy tocona", contaba la actriz entre risas. Aunque, con una relación también corta, la más intensa sin duda fue la que tuvo con Miguel Molina: "Con Miguel estuve solo dos años. Fue una relación corta, pero me dio lo más maravilloso, mi hija Andrea", su hija mayor de 26 años. Sobre Andrea, la actriz solo tiene buenas palabras: "Ella es actriz, aunque todavía no ha empezado a trabajar, pero como tiene muy buena cabeza, yo le dije que tuviera un plan B, por eso ahora está estudiando. Está estudiando magisterio, le encantan los niños. Hemos pasado muchas cosas juntas y nos ha unido mucho todo eso. Con su nacimiento fui consciente de lo que era llorar de felicidad", contaba recordando que notó que estaba de parto por un ataque de risa.
Haciendo referencia a los duros momentos por los que la actriz ha tenido que pasar, sin duda se refiere a su tortuosa separación de Alberto Martín, al que denunció por "abusos sexuales de una menor" en el año 2009. Varios años después y con la denuncia sobreseída, Bosch no ha querido entrar en ese capítulo tan oscuro de su vida: "En mi vida profesional he tenido varios parones. El de Andrea, más corto, y luego me sometí a un tratamiento de fertilidad. Tuve varios abortos, pero luego nacieron Ana y Juan. El otro parón fue por una etapa muy dolorosa de mi vida. Aunque, el no hablar es muy difícil, mucho más que rebatir algunas cosas. Pero yo opté por no decir nada y proteger a mis hijos por encima de todo. Tienen 14 años, viven conmigo, aunque pasan tiempo con su padre y son unos niños maravillosos. Tengo mucha suerte con mis hijos" comenta Bosch. Tras esos momentos tan dolorosos, la actriz de 'La Verdad' no dudó en acogerse a siete mujeres que, según cuenta, son lo más especial de su vida. De hecho, muestra una pulsera que llevan todas ellas: "Cuando esa etapa tan mala de mi vida pasó, se las regalé a cada una de ellas. Una la lleva mi hija mayor y otra la tengo guardada para mi otra hija". "Significa superación, cero miedos, y estoy muy orgullosa de llevarla", dice su hija Andrea, con la que la actriz mantiene una relación muy estrecha de la que podíamos ser partícipes gracias a la cuenta oficial de Bosch en Instagram, que fue hackeada hace algunos meses haciendo que Lydia decidiera abandonar las redes sociales.
La muerte de su padre
Pero el momento más doloroso de la vida de la actriz fue la repentina muerte de su padre tras someterse a una operación no muy grave: "Hace tres años, a mi padre le iban a operar del corazón para que tuviese unos mejores años de vida. Era algo sin importancia, estábamos muy bien, es una persona con un sentido del humor brutal. Hubo la mala pata de que, con la cánula, le perforaron la parte de atrás del ventrículo izquierdo y le tuvieron que operar a corazón abierto. Le bajaron a la UVI. Comenzaron a hacer muchos ruidos la máquina de la habitación y la médica nos dijo que estaba perdiendo mucha sangre. Nos dieron a elegir entre darle otra medicación u operarle, aunque tenga mucho riesgo. Pero no salió bien. Después, he pensado que las cosas pasan porque tienen que pasar, y era el momento de que mi padre hiciese el viaje que le tocaba hacer. Por eso ahora mi mejor plan es estar con mi madre y como en la vida no sé lo que puede pasar, me encanta aprovechar todo ese tiempo con mi madre ", comentaba sin poder contener las lágrimas.