La vida de Lucía Bosé ha sido, desde luego, de lo más entretenida. La actriz guarda innumerables recuerdos, y sus distintas profesiones a lo largo de su carrera le dieron al oportunidad de vivir un sinfín de situaciones, que guarda con mucho cariño. Desde que ganó Miss Italia en 1947, Bosé comenzó sus pinitos como actriz, algo que le trajo gran reconocimiento tanto nacional como internacional. Es gracias a esa fama que conoce al célebre torero español Luis Miguel Dominguín, con quien se casa en 1955 y tiene tres hijos, quienes luego serían artistas como su madre.
Paola Dominguín, Lucía Dominguín y Miguel Bosé celebrando un cumpleaños con su madre Lucía BoséEse matrimonio la trajo a España, un país en dictadura que le limitaba a la hora de disfrutar de la libertad que tenía en Italia, algo que derivó en algunos momentos complicados. Con toda esta trayectoria y siendo ahora una de las personas más reconocidas en nuestro país, la italiana ha querido publicar su biografía, 'Fragmentos de Lucia Bosè', escrita por Roberto Liberatori, y que hace un viaje en el tiempo para rememorar cómo vivió su pasado y donde desvela muchas anécdotas relacionada con su matrimonio, además de circunstancias con distintos personajes como la Duquesa De Alba o el propio dictador Francisco Franco.
Un matrimonio lleno de celos y obligaciones
La actriz recuerda cómo se le impuso que siempre debía ir acompañada a los sitios debido a los celos del torero. Además, no podía usar pantalones o conducir, algo que ella sí hacía en su país, por lo que esas restricciones afectaron a su personalidad: " Para ser honesta, debo decir que todas estas limitaciones, al principio, las llevé mal. Y era normal porque yo, en Italia, había sido independiente desde los dieciocho años", revela la italiana. A pesar de ello, Bosé no le guarda ningún tipo de resentimiento a su esposo, que murió en 1996 cuando ya llevaban 30 años separados.
La familia Dominguín al completoPor su parte, el libro está cargado de anécdotas, como cuando casi le da plantón a Francisco Franco al negarse a acudir a la misa del domingo por la mañana antes de una cacería. El dictador notó su ausencia, y Dominguín tuvo la sacó de la cama en camisón para que asistiese. Otro momento divertido tiene como protagonista a la Duquesa de Alba, que un día que fue a comer a su casa, no sabía qué hacer con el plato al terminar la comida. A la Duquesa le pareció divertido tener que llevarlo ella misma a la cocina, y todos se sorprendieron de verla sirviéndose sola, algo a lo que no estaba acostumbrada.
Su momento más duro, la pérdida de su hijo
Sin embargo, uno de los capítulos más tristes del libro tiene que ver con la pérdida de uno de sus hijos, su cuarto bebé que murió con tan solo un mes de vida. "Hay situaciones que hasta que no las vives en persona no puedes entenderlas y todo lo que puedes pensar y decir al respecto son solo clichés. Nadie puede imaginar lo triste que es perder a un niño que se ha traído al mundo con tanto amor. Aún hoy recuerdo esto con inmensa melancolía, la muerte de mi hijo Juan Lucas, que vivió tan poco", contaba la socialite.
