Lourdes Montes y Eva González, cuñadas y amigas orgullosas de sus hombres en una tarde de toros

Fran Rivera y su hermano Cayetano en una corrida de toros en Estepona

Tarde para recordar la de este domingo en la que los hermanos Rivera Ordoñez, Francisco y Cayetano, han toreado juntos por primera vez desde la vuelta a los ruedos de Cayetano. La plaza de toros malagueña de Estepona fue testigo de esta cita tan especial de la que ambos salieron triunfadores.

Nadie se quiso perder la faena, y mucho menos las parejas de los diestros, Eva González, novia de Cayetano y Lourdes Montes, mujer de Francisco, además de la hija del segundo, Cayetana. Muy atentas, desde el tendido, las tres mujeres se sentaron juntas para contemplar la reaparición de los dos hermanos.

Lourdes Montes y Eva González en una corrida de toros con Fran y Cayetano Rivera

Comenzó el primero de los dos, Francisco, que en el cartel iba anunciado como su padre, Paquirri. Cortó la oreja del primer toro bajo la atenta mirada de Lourdes, que le observaba orgullosa y atenta a unas semanas de dar a luz al primer hijo de la pareja, una niña que se llamará Carmen.

Los Rivera Ordóñez, orgullosos del legado de su familia

Cayetano tampoco defraudó y consiguió una oreja tras aviso y dos orejas, un resultado del que estaba muy feliz. Además, brindó el segundo toro a su cuñada, que recogió la montera radiante de felicidad, reflejo además de que la relación entre las dos parejas es excelente. Y es que además de comprobar lo bien que se llevan los hermanos Rivera, también quedó patente que las dos cuñadas congenian a la perfección.

Cayetana Rivera, Lourdes Montes y Eva González en una corrida de toros con Fran y Cayetano Rivera

La plaza de toros de Estepona reabría sus puertas con esta corrida tras dos años de silencio y los protagonistas, los hermanos Rivera, que se reencontraron en la arena tras cinco años no defraudaron a nadie. Francisco y Cayetano tienen una vinculación muy especial con la plaza de Estepona y es que su abuelo, Antonio Ordóñez, fue el primer propietario de la misma y celebró allí su corrida número mil. Sin duda, su abuelo se habría sentido muy orgulloso de ambos, ya que consiguieron salir a hombros por la puerta grande en una tarde para recordar.