El tatuaje de la carita sonriente que llevan tatuados todos deja claro cual es su personalidad cuando están juntos y con esta pequeña aventura que han querido compartir no cabe duda que se trata de una de las familias más divertidas. Que sean tan espontáneos no ha quitado que tuviesen que gritar "¡Qué frío, me muero!", ya que rebozarse por la nieve sin ropa y menos muchos grados es lo que tiene pero ni eso, ni la oscuridad de la noche se lo impidieron. Se trata de una tradición muy finesa que los Casas han querido seguir a la perfección.
Los mayores no son los únicos que disfrutan con estas locuras pues aprovechando que han viajado con los más pequeños de la familia han querido visitar la casa donde vive Papá Noel. En ella se han sentado en el suelo para escuchar las historias más navideñas y tradicionales. Además, han hecho fogatas y han visto a los renos que la noche del 24 cogieron el trineo de Santa Claus para llevar los regalos a los más pequeños.
Un viaje para despejarse
Los hermanos Casas también han querido demostrar que están en forma haciendo una ruta con raquetas de nieve, volviendo a enseñar al mundo que se atreven con todo. Es una buenísima oportunidad para que Mario Casas deje atrás los recuerdos de su ya terminada relación con Blanca Suárez y que disfrute al máximo del poco tiempo libre que dispone, por ser uno de los actores españoles con más trabajo, con su familia. Óscar Casas, por su parte, también ha disfrutado de este viaje familiar solo dejando a su novia Begoña Vargas en España, pues ella ha celebrado la Navidad con su familia.