Lluís Homar acaba de publicar su libro de memorias 'Ahora empieza todo' y en él narra su experiencia junto con el director de cine Pedro Almodóvar tanto en las películas 'La mala educación' como en 'Los brazos rotos', y es que al parecer pasó de estar del 'cielo' al 'infierno' en poco tiempo.
Otra de las cosas que ha relatado es que tenía que doparse para quitarse de encima la ansiedad. Parece que la relación entre el actor y el director manchego cambió en la segunda película cuando no se sintió tan valorado como creía, no obstante en la primera incluso le defendió para optar al Goya a mejor actor secundario.
Entre las palabras de Homar cabe destacar: "Con Almodóvar aprendí muchas cosas. Del cine y de lo que lo rodea, con él entras en otra dimensión. Él estaba fascinado conmigo y yo con él (la promoción de 'La mala educación') fue apoteósica, viví en la gloria durante unos días. Si me hubieran llegado a decir cómo acabaría todo, no me lo creería". Parece que su relación se torció poco después cuando Almodóvar le ofreció un papel protagonista y las cosas cambiaron.
Inseguridad y negativas
No se sentía seguro, o así al menos lo describe: "A pesar de sentirme escogido, también tenía mucho miedo de no estar a la altura", y es que todo se fue complicando y las cosas no funcionaban. Hasta tal punto llegó todo que lloraba en muchas ocasiones porque se sentía perdido, desorientado, y en los últimos días de rodaje tomaba un valium: "un dopaje para quitar de encima la ansiedad". Las continuas negativas del director cuando Homar le hacía alguna propuesta eran desesperantes y no se encontraba en condiciones para continuar.