Llena de carácter y toques bohemios: así es la casa de Raquel del Rosario en Los Ángeles

¿Qué tendrá Los Ángeles que a todo el que pasea por sus calles enamora ? Quizá sea algo que solo sepan y puedan contestar aquellos que, afortunadamente, hayan podido viajar hasta el mencionado destino o quienes hayan tenido el privilegio o la necesidad de instalar su residencia entre todo el atractivo y glamour que derrocha.

Algo de lo que deben entender, y bastante, las cientos de celebrities que han optado por trasladar su vida hasta allí. Y por lo que se ve, el número de interesados no parece ser precisamente escaso, sino todo lo contrario. Año tras año, nuevas noticias nos revelan quiénes han sido los últimos inquilinos en instalarse en una de las ciudades más queridas y envidiadas del planeta.

Rostros cinematográficos, grandes referentes musicales, figuras de moda, empresarios multimillonarios... Su público es, sin duda alguna, quienes consiguen otorgarle la categoría con la que hoy en día se le conoce, además, por supuesto, de toda la historia que rodea e inunda cada uno de los rincones de la ciudad. Eso sí, sin olvidarnos de la temática por excelencia por la que ha llegado a traspasar fronteras: el cine.

Todo ello parece haber sido motivo suficiente para enamorar a quienes ahora viven allí. Y entre ellos se encuentran caras muy conocidas como la de Kim Kardashian, Adriana Lima, David Beckham y Chris Brown. Sin embargo, presentándose al mundo como la ciudad del séptimo arte estadounidense, no es de extrañar que personalidades como Leonardo DiCaprio, Zac Efron, Eddie Murphy y Nicolas Cage hayan sentido la necesidad de afincarse en Los Ángeles.

Y eso es precisamente lo que ha terminado ocurriendo también con la cantante española Raquel del Rosario. Un perfil conocido en nuestro país, sobre todo, por su voz y por las canciones que acompañan a su grupo musical , El sueño de Morfeo, y al que hace tiempo consiguió enamorar plenamente este particular y curioso lugar. Sin embargo, las circunstancias de la vida hicieron que, en el año 2014, la canaria se animase a cruzar el charco sin viaje de vuelta definitivo.

"Es el sitio perfecto para gente solitaria como yo"

El culpable, en cierto modo, no es otro que su marido Pedro Castro. Un director fotográfico natural de Santiago de Compostela que llegó a la vida de esta artista cuando más lo necesitaba . Además, no se trata de la primera vez que Del Rosario atraviesa el Atlántico con motivos mucho mayores que un simple viaje. ¿Y qué sino que la dedicación tan profunda que siente por su trabajo para hacer las maletas e iniciar nuevas experiencias?

Allí, a orillas del Pacífico, es donde también ha visto nacer algunos de los éxitos que hoy en día le caracterizan; allí, asimismo, fue donde precisamente las miradas de su actual esposo y las suyas se cruzaron por primera vez; y allí es donde, a día de hoy, ha decidido establecer por el momento su vida, junto a Castro y sus dos pequeños. "Me encanta vivir aquí. Es un lugar que te hace sentir independiente. Hay cero poses. Es el sitio perfecto para gente solitaria como yo ", expresaba la canaria en una entrevista concedida a la revista Elle.

Y de eso no tenemos la menor duda. No hay mejor reflejo de todos estos sentimientos que sus propias redes sociales y su blog ' Planeta Particular ', donde constantemente comparte aspectos y aventuras cotidianas de su día a día. Una manera de hacer ver al mundo entero que su vida allí es más que perfecta, rodea de un entorno idílico y bajo un techo en el que no puede sentirse más a gusto. Así es como Raquel del Rosario se ve a sí misma en Los Ángeles, inmersa en una felicidad plena y de la que, por supuesto, "culpabiliza" a su propia familia.

Un hogar donde refugiarse

De esta forma, guiada por el amor que sentía por Pedro Castro, fue como la canaria decidió mudarse a la costa oeste de Estados Unidos. Y como no, la cantante ha sabido hacer de su hogar un entorno en el que refugiarse y sentirse muy identificada. Una casa repleta de carácter y diseño propio al más puro estilo Raquel del Rosario. Ella misma se ha encargado de que fuera así, eligiendo minuciosamente cada uno de sus elementos y analizando al más mínimo detalle todos los detalles que la caracterizan. Y es que, como ella misma título a una de sus entradas del blog, " tu casa habla de ti ".

Y en este caso en concreto, hay que reconocer que la casa de Raquel del Rosario habla mucho de ella. Un hogar donde lo bohemio y lo natural siempre tienen cabida y que la propia cantante ha querido tener muy presente en todos sus rincones. Paredes en cuyo exterior se ven protegidas por un paisaje inundado de árboles y montañas y que dan paso a una estética interior bañada de una inmensa tranquilidad y energía positiva. Además, la intérprete de 'Para toda la vida' siempre se ha mostrado fiel a una vida donde el yoga, la naturaleza y lo 'handmade' abarroten sus tiempos libres.

Por supuesto, tiempo no le ha faltado para traspasar todas estas aficiones a su vida privada. De ahí que en su hogar no falten, por ejemplo, muebles hechos a mano, elementos decorativos pintados por ella, toques procedentes del lejano Oeste o figuras budistas. Mantas estampadas, atrapasueños, estanterías realizadas con palés de madera, cuernos de búfalos, tazas convertidas en macetas... No hay duda alguna de que el sello de Raquel del Rosario se encuentra reflectado en cada una de las paredes de esta vivienda.

Una fuerte personalidad que se hace con el control decorativo de cada una de sus estancias, pasando desde la cama de su hijo Leo hasta su propio dormitorio. En definitiva, un refugio perfecto donde sus grandes ventanales recogen imágenes de ensueño, donde los colores y lo minimalista se marcan como favoritos indispensables, donde el parqué queda sustituido por moqueta y donde las alfombras y las mantas estampadas lo decoran todo. Salas de estar con chimeneas, un jardín abierto a la naturaleza, un comedor, un salón, un dormitorio principal para la pareja, una habitación para cada uno de sus dos hijos, una sala de juegos y una cocina son las estancias principales de este bonito y acogedor hogar.