Se ha librado de la cárcel otra vez. Lindsay Lohan ha ingresado en un centro de rehabilitación de California durante la madrugada del viernes, después de que los agentes le dieran una hora tope antes de arrestarla. La actriz ha puesto fin, por ahora, un asunto que podría haberle costado acabar entre rejas.
Aunque todavía no se ha revelado el nombre del centro de California en el que ha entrado Lohan, la joven ha ingresado, y es un programa de rehabilitación en el que ya ha estado antes. Su padre, Michael Lohan, ha declarado que Lohan "quiere establecerse" en pocos días, mientras preparan su traslado al Instituto Lukens en Palm Beach Gardens (Florida), un "centro de rehabilitación de lujo". "Este instituto es donde quería ir todo el tiempo, un lugar que recibirá el tratamiento adecuado y, finalmente, mejorará", ha declarado el padre de Lohan.
Lohan y su rehabilitación
La actriz se sometió a tres meses de rehabilitación ordenado por la corte de abuso de sustancias en la Clínica Betty Ford a finales de 2010, pero semanas después entró en problemas por un robo, y desde entonces ha estado continuamente rodeada de asuntos legales.
Lohan debía pasar tres meses en un centro de rehabilitación como alternativa a una pena de cárcel por dos delitos menores y violación de la libertado condicional en marzo. Pero la joven actriz se fugó de la instalación del sur de California, según ha anunciado su padre porque "ella no estaba contenta con el lugar".